Vicalvareños en América

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     Como bien sabemos, a finales del siglo XV, el marinero Cristobal Colón descubrió América. Al haber sido la Corona Española quien sufragó los gastos la soberanía de los nuevos territorios recayó en los monarcas castellano-aragoneses. Por ello la política de los monarcas descendientes de los Reyes Católicos enviaron expediciones compuestas por hombres de la península Ibérica a conquistar las nuevas tierras y afianzar así sus dominios al otro lado del Atlántico.
     En aquellos tiempos muchos probaron a hacer fortuna en América, o simplemente embarcaron como religiosos dispuestos a evangelizar a los nuevos súbditos. En el caso de Vicálvaro hemos encontrado algunos ejemplos de estos hechos;

  • Francisco Doblado de Ávila; Era criado de Francisco Ariete corregidor de Guita (Nueva Granada), embarcó en 1615.
  • Antonio Mocete; Embarcó en Sevilla en 1620.
  • Antonio Pintado: Criado de Tiburcio Aspe y Zúñiga, gobernador de Isla Trinidad y La Guyana. En 1676.
  • Francisco de Ávila; Criado del consejero de Indias Ambrosio de Alarcón, en 1715.
  • Francisco de Ávila Pérez ; Gobernador de Armas de Huancavelica (Perú).

     También encontramos algunos que emigraron a Filipinas;

  • María de Ávila; Criada del catedrático de leyes de Manila, Julián Velasco. Consta su embarque en 1715.
  • Francisco Bravo: Religioso dominico del convento de Alcalá, acompañaba a otros religiosos en 1627.

     El más notable es el mencionado Francisco Ávila Pérez, de quien sabemos que fue bautizado en Vicálvaro en 1694. Emprendió la carrera militar, y acabó como ya hemos dicho gobernando la ciudad peruana de Huancavélica (entonces Guancavélica). En Vicálvaro era conocido con el apodo de “El Indiano”, evidentemente, porque en aquella época se conocía América como Las Indias, y como se le menciona en el documento del siguiente gráfico, que recoge el parentesco de los familiares.

 

 

     Francisco de Ávila murió en 1767, recientemente hemos hallado un expediente (del que hemos obtenido la imagen anterior), que recoge el pleito emprendido sus familiares (Juan de Ávila, Catalina Barreda y Ramón Labrandero), el mayordomo de la iglesia de Vicálvaro (Andrés Martín Vizcaíno), el cura (Agustín Pardo Campero) y el administrador del Hospital (Vicente Martín Sevillano), que entre otros muchos datos sobre Vicálvaro, recoge el testamento.
     Tal pleito se debía a que tras su muerte, Francisco de Ávila había legado su patrimonio a las partes mencionadas, pero la herencia no llegaba. El hospital mencionado en el expediente se encontraba en la actual calle del Socorro, esquina con la avenida Real.
Siguiendo el caso sabemos que la herencia vendría repartida, hacia 1790, en los navíos San Pedro y la fragata La Galga (probablemente la misma que recientemente se ha hallado en la costa de Virginia, naufragó en 1802) y su patrimonio ascendía en total la cantidad de 8835 pesos y 15 reales destinados a partes iguales para la iglesia y es hospital, por otro lado dejó un resto para sus familiares.

     El apellido "De Ávila" dio lugar posteriormente al conocido Dávila. Los Dávila fueron una familia influyente, y de probable ascendencia hidalga pues en las fachadas de sus casas solía campear su escudo, de los cuales conservamos dos en Vicus Albus, otros como el de la imagen superior están actualmente desaparecidos o destruidos.(La fotografía anterior fue cedida por la familia Manzano, corresponde a los patios de lo que hoy día es la panificadora de la plaza, donde se hallaba el escudo que se ve tras la persona que ordeña la oveja ).

      Otro vecino de quien hemos encontrado abundante documentación, procedente de la Real Casa de Contratación de Sevilla, desde donde partían muchos barcos para América, es Antonio Mocete, mencionado anteriormente. El documento data de 1620. Lamentablemente hoy día no podemos saber mucho más de él, pues gran parte del archivo parroquial, que databa de 1503, fue abandonado en la antigua casa del cura (actualmente el número 6 de la calle del rastro), la que en la década de los sesenta, del siglo pasado, se hundió, perdiéndose con ella gran parte de la historia de Vicálvaro y Ambroz (el archivo de Ambroz se integró en el de Vicálvaro cuando se despobló). Actualmente los libros parroquiales más antiguos son;

  • V de Matrimonios, que data de 1703.
  •  VIII de difuntos, de 1721.
  • V de Bautizos de 1677.
  •  Libro del Hospital.

En Vicus Albus seguimos investigando para desvelar más misterios de nuestro pasado, como los relatados en este artículo.