Vicálvaro contra “la perfidia francesa”

  Hace exactamente dos siglos que en España ocurrieron unos hechos lamentables, que llenaron muchas ciudades de un ambiente luctuoso, particularmente en Madrid y localidades de su entorno se había sembrado la tristeza y la rabia entre los lugareños.

 (Francisco de Goya: “El levantamiento del 2 de mayo”. Museo del Prado, Madrid.)


     El ejército del Emperador Napoleón I, un antiguo independentista Corso, y muy prestigioso militar, se había convertido en el líder de una nación desencantada con los revolucionarios que habían puesto fin al antiguo régimen en Europa, arrancando de raíz a la dinastía reinante en Francia del trono que habían ocupado durante gran cantidad de siglos. Pero quizás la falta de liderazgo fue la causa de que en pocos años el joven General Bonaparte, llegase a ser nombrado cónsul y posteriormente acumulase suficiente poder para autoproclamarse Emperador, e imponer la hegemonía de su imperio sobre las naciones Europeas. Llegó a dominar Egipto, pretendiendo emular a grandes conquistadores de la Edad Antigua como Alejandro Magno y Julio César a quienes admiraba, y cuyas vidas conocía, pues a pesar de la imagen que dejó para la posteridad fue una persona muy erudita e inteligente, todo esto lo reflejan algunos de sus escritos personales (1).

El ambicioso Emperador Napoleón Bonaparte, que impuso a su hermano José I, como rey de los españoles.

    El siglo XIX en España, comenzaba bajo el desafortunado reinado de Carlos IV. El rey pertenecía a una rama de la dinastía reinante en Francia, y por lo tanto tenía una estrecha relación familiar con el rey Luis XVI, que acabó sus días en la guillotina, como consecuencia final de la furia revolucionaria desatada en Francia. Estos hechos provocaron en enfrentamiento entre ambas naciones, pero la fortaleza militar española, a pesar de haber repuntado de nuevo con los primeros borbones en el siglo XVIII, volvía a un estado decadente, y el primer ministro de Carlos IV, Manuel Godoy, de sólo 25 años de edad, decidió zanjar sus enemistades con los republicanos franceses, a quienes él mismo había declarado la guerra infravalorando a país vecino como enemigo. Finalmente España y Francia firman en 1795 la Paz de Basilea, y el 18 de agosto de 1796 el Tratado de San Ildefonso, por el que ambos Estados se obligaban a la defensa mutua frente a Inglaterra, que en esos momentos amenazaba a la flota española en sus viajes a América. Por estos hechos, de dudoso mérito, Carlos IV, otorga a su primer ministro el título de Príncipe de la Paz, debido a que “había traído la paz a España”, quizás pretendiendo maquillar el rotundo fracaso que había supuesto esta guerra. Godoy continuó gozando del favor de los reyes durante toda su vida, quienes no cesaron de contribuir a su engrandecimiento y enriquecimiento, a pesar de sus desaciertos, corrupción y, sobre todo, sus ilícitos pactos con Napoleón. Todo ello despertó el recelo de la población hacia él, que acabó convirtiéndose en odio, a pesar de los esfuerzos posteriores de él mismo y de sus descendientes, por desmentir algunas de las más graves acusaciones vertidas contra él.

Antonio Carnicero, Retrato de Manuel Godoy,  Museo Romántico, Madrid.

“…TODOS ESTABAN CONTRA EL FAVORITO, LA NOBLEZA, LA IGLESIA Y EL PUEBLO: POR ADVENEDIZO, IMPÍO, ESQUILMADOR DE SUS RENTAS, IMPÚDICO ABUSÓN DE LA CONFIANZA REAL Y HASTA POR PROHIBIR LAS CORRIDAS DE TOROS… ” (2)

     Cuando Napoleón alcanza la plenitud de su poder, somete las naciones periféricas de Francia, imponiendo a miembros de su familia, o a algunos de sus lugartenientes, como soberanos. Godoy se somete a los deseos de Napoleón, y actúa pasivamente ante las humillaciones hacia España. Sólo Inglaterra y Portugal, se atreven a enfrentarse a las imposiciones de Francia, por lo que los enfrentamientos bélicos estallan y España como aliado incondicional de Napoleón pierde lo mejor de su ejército en batallas como la de Trafalgar, (21 de octubre de 1805), embaucado por promesas de Napoleón a Godoy, como devolver Gibraltar a España, si se arrebataba la plaza a Inglaterra, o darle un reino al sur de Portugal tras su futura conquista. Esta última promesa debió ser el objetivo de Godoy, cuando obligado por el Tratado de Fontainebleau, y bajo el pretexto de colaborar con Francia, permitió la entrada del ejército Francés en España para que invadiese Portugal. A la vez, se había destinado el grueso del ejército Español a Dinamarca durante otra operación militar conjunta con Francia, que realmente tenía como objetivo limitar la capacidad de respuesta en caso de sublevación del ejército español contra Godoy, o incluso contra los mismos Franceses.

El Rey Fernando VII, quien tras la derrota de los franceses tampoco aceptó la libertad del pueblo.

    Los opositores a Godoy, lograron hacer que el entonces Príncipe de Asturias, Don Fernando de Borbón, se enfrentase a su padre, llegando a encabezar una conspiración contra él encaminada a destituir al primer ministro. La conspiración desembocó en el histórico Motín de Aranjuez, con el que se puso fin al reinado de Carlos IV, proclamándose el príncipe de Asturias como rey, con el nombre de Fernando VII. Napoleón aprovechó la ocasión, para urdir una astuta maniobra política, reteniendo a la familia Real Española en Francia, bajo el pretexto de mediar entre el nuevo Rey y su padre, pero en realidad les obligó a renunciar a sus derechos dinásticos en favor de José Bonaparte, hermano del emperador que sería proclamado Rey de España.


    Así las cosas, el sentir general de los españoles era de desamparo, ocasionado por la falta de sus más altas instituciones; la familia real, gobierno y ejército principalmente, frente a un ejército invasor, que cometía escandalosos abusos, e imponía las nuevas normas dictadas desde París, ganándose aceleradamente la antipatía del país que ocupaban.


     En las instalaciones de la actual Universidad Rey Juan Carlos en Vicálvaro, edificio que tuvo un origen industrial, a partir de 1770 se convirtió en cuartel para uno de los batallones del regimiento de las Reales Guardias Españolas, bajo el mando del Teniente General y Duque de Osuna, cuya misión hacer guardia en el Palacio Real. En 1808, las reformas administrativas ordenadas por los franceses, encaminadas a debilitar al ejército español, redujeron el mencionado cuerpo a tres batallones; el primero con sede en el cuartel de Vicálvaro, el segundo en Madrid y el tercero en Barcelona.
 

Luís Daoiz, héroe del 2 de Mayo de 1808, que perteneció al regimiento de Artillería, acuartelado en Vicálvaro hasta 1990.

     Se dice que durante este periodo, un joven soldado pasó por este cuartel, se llamaba Luís Daoiz, que posteriormente fue junto a Pedro Velarde, uno de los más distinguidos héroes de los acontecimientos que nos ocupan. En Memoria de Daoiz se colocó en el cuartel de Vicálvaro un bajorrelieve de de bronce del escultor Antonio Colmeiro, que representa a Daoiz, junto a sus compatriotas luchando cuerpo a cuerpo contra los franceses (3).



     Cuando el histórico día 2 de Mayo de 1.808, la ira popular estalla contra el ejército invasor, se sabe que el batallón de Vicálvaro, se hallaba en Valdemoro, pero es muy probable que parte de los efectivos permaneciesen como retén en el cuartel de Vicálvaro. Al igual que el resto del ejército español, debió permanecer desarmado por orden de los mandos franceses, con la excusa de prevenir enfrentamientos. Cuando comenzó la insurrección, las órdenes que llegaron a todos los cuarteles se resumían en la prohibición de intervenir en el levantamiento popular. Sin embargo los soldados de Vicálvaro no acataron las órdenes, y debieron enfrentarse a los invasores, como hicieron muchos otros compatriotas, que se lanzaron en actitud casi suicida contra aquellos que no dudaron en disparar con el pueblo indefenso en las calles de Madrid, provocando el estallido definitivo que puso en jaque al ejército más poderoso que en ese momento había en el mundo. Parece ser que el batallón de Vicálvaro resistió un ataque francés a finales de mayo de 1808, a causa de su negativa a trasladarse a Burgos, como le habían ordenado las autoridades invasoras(4). Sabemos que los soldados tuvieron que cavar profundos fosos alrededor del edificio, para su defensa frente a los ataques del poderoso ejército francés (5). Tras estos hechos gran parte del cuartel quedó destruido, por lo que fue necesaria su posterior reconstrucción entre 1823 y 1825, época de la que procedería el edificio actual. Es muy triste que durante la Guerra Civil de 1936-1939, se destruyera el archivo del cuartel de Vicálvaro, pues este hecho es la causa de no poder conocer muchas más hazañas de estos héroes en tierras de Vicálvaro.
 


Napoleón se presentaba a los pueblos conquistados como un libertador, sin embargo en España los soldados franceses sólo cometieron atrocidades.
 (Francisco de Goya: “Los fusilamientos del 3 de Mayo”. Museo del Prado, Madrid.)


    Siguiendo el rastro del batallón Vicalvareño, sabemos que hacia el mes de julio, las deserciones se habían convertido en un hecho habitual en el ejército español, uniéndose sus efectivos a la resistencia popular. Concretamente, se tiene constancia de que muchos integrantes del este 1er Batallón junto a los del 2º (acuartelado en Madrid), se dirigieron a Badajoz, para encuadrarse en el ejército de Extremadura. Con ellos D. José María Alós formó el 4º batallón, formalizado oficialmente en Talavera la Real, el día 7 de agosto de 1808. En Septiembre se unieron al ejército de Andalucía, conformándose el ejército del centro, al mando del General Castaños, en cuya cuarta división se encuadrarían los integrantes del antiguo batallón. En noviembre fueron derrotados por los franceses en la dura batalla de Gamonal (Burgos), donde muchos estarían entre los 2000 españoles que allí murieron.


Uniforme de los soldados del Regimiento de las Reales Guardias Españolas, al que pertenecían los soldados del cuartel de Vicálvaro.
(Dibujo realizado expresamente para este artículo por D. Francisco Javier Álvarez Barroso).

      Actualmente sólo tenemos conocimiento de un vicalvareño que tomó parte en los acontecimientos que relatamos, se trata de quien posteriormente se convertiría en el I Duque del Sevillano. Según su expediente militar, el duque ingresó como cadete el 15 de agosto de 1.808, y pertenecía al Regimiento de Caballería de Calatrava, contaba entonces con 24 años.

    Sirvió además en el Batallón de Voluntarios de Cataluña, en el de Dragones de la Reina, y en el de Perseguidores de Andalucía. Intervino en la batalla de Burgos y la del Puente del Arzobispo donde fue hecho prisionero, hasta que consiguió fugarse, participó en varias acciones militares a las ordenes del mencionado mariscal D. José María de Alós de quien fue ayudante de campo. Se retiró de la vida militar en 1814, cuando dio comienzo su fructífera carrera en el mundo de los negocios.

D. Juan de Mata Sevillano y Fraile, había nacido en Vicálvaro el 9 de febrero de 1.790. Llegó a tener los títulos de Duque del Sevillano (con Grandeza de España de primera clase), y Marqués de Fuentes de Duero.

    Hasta el 25 de agosto de 1810, no tenemos nuevas noticias del transcurso de la Guerra en Vicálvaro. En dicho día se efectúa una entrega de trigo, centeno, paja, carbón… como suministro a las tropas francesas asentadas en Vicálvaro y Vallecas (6). La villa de Arganda recibió al menos dos órdenes más entre septiembre y noviembre del mismo años por parte de D. Pedro de Lomas, prefecto de la Provincia de Madrid, para enviar suministros a los franceses asentados en Vicálvaro, y así quedó plasmado para la historia en algunos documentos del Archivo Municipal de Arganda del Rey. Posteriormente existen órdenes del Consejero de Estado y prefecto en Comisión de la provincia de Madrid, D. Andrés Romeo Valdés, para que los vecinos de dicho pueblo dejen de abastecer a la Guarnición francesa de Vicálvaro, y a partir de ahora lo hagan a la de Vallecas. Soldados de ambos bandos, debieron asentarse por aquí, de forma transitoria; el 23 de Octubre de 1812, cuando la guerra llegaba a su fin y el ejército anglo-español empezaba a dominar la situación, encontramos órdenes dirigidas a los vecinos de Velilla de San Antonio, para abastecer a las tropas inglesas, que al mando del Duque de Wellington, se habían aliado con las de España(7);


“… Desde Vicálvaro, donde se encuentra el Regimiento Nº 52 de S. M. Británica, es necesario abastecer un almacén de víveres urgentemente, por lo que piden 15 fanegas de trigo y 50 de cebada…”

Cuartel de artilleros de Vicálvaro

Artilleros en el cuartel de Vicálvaro.

 

     En 1814, el ejército anglo-español consiguió expulsar a las tropas Napoleónicas de España. El 22 de marzo de aquel año el Rey Fernando VII regresa definitivamente a España, llegando a Aranjuez el 11 de mayo, cuando las topas del 2º ejército al mando del general Whittingham se alojaban en Vallecas y Vicálvaro. El gobierno interino formado para gobernar el país en ausencia de la familia real, había confeccionado en  la ciudad de Cádiz, donde aún los franceses no habían impuesto su fuerza, la primera constitución española, el 19 de marzo de 1812, sin embargo el monarca la rechazó y prefirió gobernar reuniendo todos los poderes del estado en su persona. El cuartel de Vicálvaro volvió a dedicarse a la actividad militar, llegando a ser el primer cuartel de Caballería de la Guardia Civil, bajo el reinado de Isabel II,  hija de Fernando VII. El ejército dejó de utilizarlo en 1.990, siendo actualmente sede de la universidad Rey Juan Carlos.

     Agradezco particularmente la ayuda que nos ha prestado D. Francisco Javier Álvarez Barroso, recopilando apuntes acerca de la Guerra de la Independencia en Vicálvaro, los cuales  vertebran este trabajo, además del  su dibujo del soldado de las Reales Guardias Españolas, del que es autor. También es imprescindible destacar la labor de Valentín González Gálvez, que como ya sabemos es quien ha recopilado toda la documentación utilizada en los artículos de esta web y quien es imprescindible a la hora de confeccionar estos trabajos.

Francisco Vicente Poza


NOTAS:

1-.Ráfael Sánchez Mantero.Profesor de Historia Contemporánea. Universidad de Sevilla. (Artículo para “La Aventura de la Historia”
2-.”Napoleón”, Emil Ludwig.
3-.”Historia de Vicálvaro”. Equipo de Investigación Histórica de Vicálvaro. ed. Ayto. de Madrid.
4-. “La Batalla de Gamonal”. Sañudo, J.J., Estampa, L. y Vela, F. (Artículo para Researching and Dragonal, nº 4).
5-. “El Regimiento de Artillería de Campaña Nº 11”. Lossada y de Aymerich, A. (Ed. Servicio de Información Geográfica del Ejército de Tierra – 1983)
6-. “Historia de la División Mallorquina – Diario de un Testigo-“, Ferrer López, M. (Ed. Imprenta Politécnica. Palma, 2001).
7-. “Historia de Velilla de San Antonio”, Mayoral Moraga, M. Ed. Ayuntamiento de Velilla de San Antonio.

BIBLIOGRAFIA CONSULTADA:

De Diego Pareja, Luís Miguel. “La Guerra de la Independencia en el Valle del Henares”
Lossada y de Aymerich, A. “El Regimiento de Artillería de Campaña Nº 11”, Ed. Servicio de Información Geográfica del Ejército de Tierra – 1983.
Ludwig, Emil.  “Napoleón”, Editorial Juventud.
O’Donell, Hugo. “La Batalla de Trafalgar”, Ed. Esfera de los Libros, 2005.
Pinto Crespo, Virgilio. “El Madrid Militar”, Ed. Ministerio de Defensa.
Ruspoli Morenes, Enrique. “Godoy, la lealtad de un gobernante Ilustrado”. Ed. Temas de Hoy.
Equipo de Investigación Histórica de Vicálvaro, “Historia de Vicálvaro”. Ed. Ayuntamiento de Madrid.

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