El Despoblado de Ambroz

Caserío de Ambroz en 1982

   El término de Vicálvaro actual empezó a conformarse en 1822, cuando Madrid, nuestro gran vecino, estableció los límites de su territorio, por lo que se fijó en su linde el primer límite territorial de nuestro pueblo. Entre 1869 y 1875, se fijaron el resto de las “fronteras” con los pueblos vecinos, mediante lo que conocemos como deslinde. Desde entonces nuestros vecinos limítrofes son Alameda de Osuna, Canillejas, Coslada, Vallecas, Rivas y Vaciamadrid (hoy Rivas-Vaciamadrid), y espacio ubicado entre ellos es el territorio llamado Vicálvaro.  

      Si nos remontamos al medievo, nuestro barrio comprendía las siguientes poblaciones;

  • Tres concejos; Vicálvaro, Ambroz y La Torre del Campo.
  • El despoblado de San Cristóbal.
  • Tres términos de señorío; La Elipa, La Encomienda de Moratalaz, y el Monte de Coslada.

      De los concejos, la Torre quedó ya despoblado a principios del Siglo XVI, sin embargo en documentos del monasterio madrileño de Santa Clara, en 1577 aun tenía al menos un vecino (Miguel García). Por otro lado, en las Relaciones Topográficas de Felipe II, (hacia 1576), en lo que concierne a Rivas, encontramos que había una iglesia y algunas casas en pie, y en el Censo de los Millones (1530-1591), se tuvo en cuenta su vecindario.

      Ambroz es el que más tiempo sobrevivió. Su topónimo probablemente procede del árabe, de hecho en Granada existe otro pueblo llamado Ambroz, y un río Ambroz (en Cáceres), que da nombre a su propio valle. Se hace referencia a su término en documentos medievales, e incluso es probable que existiera antes que Vicálvaro, pues el curato de Vicálvaro era anejo al de Ambroz, lo que hace intuir que en un determinado momento Ambroz tenía Iglesia y Vicálvaro  no.

En 1488, tenemos constancia que el mayor pechero (contribuyente) de Ambroz  era D. Juan García, a quien podemos considerar el primer rico conocido de nuestro pueblo, quien parece ser que también podría ser vecino de La Torre.

En el año 1500 la Chancillería de Valladolid ordenó derribar las cercas de “El real de Manzanares” (actual Manzanares el Real), cuya población era mayoritariamente Segoviana. Segovia quería mantener su jurisdicción en la zona, lo que llevó a numerosos conflictos entre los siglos XII y XVII. Para ejecutar esta sentencia, no había funcionarios municipales, por lo que muchas villas y aldeas hubieron de aportar mano de obra para ello. Gracias a esto sabemos que Ambroz tenía 56 vecinos en aquel momento. En el siglo XVI, tenía su iglesia, dedicada a San Benito Abad, patrón del pueblo. También tenía una ermita, dedicada a San Sebastián. El pueblo contaba con una dehesa para el pasto de sus ganados y parece ser que era abundante el agua (esto último se puede comprobar aún).En 1788, en las notas recogidas por Tomás López, para su Diccionario Geográfico, el cura párroco de Vicálvaro (Domingo Álvarez Valentín), nos dice que sólo quedaban unos ocho vecinos. El párroco atribuye la despoblación a “…lo enferma de su situación, entre dos arroyos…”, quizás la humedad del terreno favorecía enfermedades como el paludismo.También informa de que el único edificio público que tiene Ambroz es su iglesia.

El mayor propietario de Ambroz era Pedro Fitz-James Stuart, Marqués de San Leonardo, con una huerta de 26 fanegas, junto a ella edificó la Granja o caserío de Ambroz, de la que hoy solo quedan unas pocas ruinas. Tal caserío parece ser que estaba ubicado en el centro del pueblo, junto a la iglesia. En su fachada parece haber existido en su momento un reloj, y según algunos testimonios un gran blasón, que seguramente correspondía al de la familia propietaria. El Marqués también poseía una tahona en otra casa de Ambroz, en la cual había ideado un ingenioso sistema para mover sus dos piedras con una sola caballería. El Marqués de San Leonardo, pertenecía a la familia de los Duques de Berwick, que heredaron el título posteriormente. Se distinguió como marino en la persecución de corsarios y traslado de tropas al norte de Africa. En 1741 destacó en la defensa de Cartagena de Indias. Además fue primer caballero de la Orden de Calatrava. Actualmente el Marquesado de San Leonardo es titularidad de María del Rosario Cayetana Fitz-James Stuart y Silva, más conocida por el título de Duquesa de Alba. No ocurre lo mismo con el patrimonio del Marqués ubicado en Ambroz, que ya no pertenece a esta noble familia.En 1803 el Duque de Aliaga (descendiente del Marqués de San Leonardo) era propietario de casi todo el término de Ambroz, pero sin embargo solicitaba su vecindad en Canillejas para que sus ganados pudiesen pastar allí. El motivo de esto, que parece contradictorio, era que al ser Ambroz ya un despoblado, fue junto con Coslada (en este caso no despoblado), el lugar a donde se envió a los afectados de calentura carcelaria de las prisiones de Madrid, por lo que el pueblo se llenó de gente doblemente indeseada; apestados y a la vez presidiarios. Los ancianos de Vicálvaro, cuentan que era común hacer romerías o meriendas en las arboledas de los arroyos de Ambroz. Las arboledas fueron destruidas durante la Guerra Civil de 1936, aunque hasta hace unas décadas los arroyos existían. Actualmente el Caserío se encuentra entre las excavaciones mineras de sepiolita, por lo que sólo es visible desde la carretera Radial 3.

La iglesia de Ambroz ya no existe tampoco, sólo nos queda una pequeña campana que se colocó en el campanario de la iglesia de Vicálvaro y la pila bautismal que cedió Pilar Gonzalez Llanos (en aquella época propietaria del caserío de Ambroz) a Vicus Albus. Las columnas de la iglesia se utilizaron para soportar el balcón del antiguo ayuntamiento de Vicálvaro, que como sabemos fue brutalmente demolido en 1974, junto a las columnas. El Archivo parroquial de Ambroz se trasladó también a la iglesia de Vicálvaro, pero en la década de 1960 también se perdió al hundirse la Casa del Cura.
Otros objetos de la iglesia quedaron esparcidos por el caserío de Ambroz, pero sus propietarios nunca han mostrado su voluntad favorable para cederlos para el hipotético futuro museo de Vicálvaro y lamentablemente se van perdiendo poco a poco.

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