Un Espacio en el Tiempo

     Nos movemos en unas coordenadas espacio-temporales, hoy paseamos por Vicálvaro del aquí y el ahora y somos testigo de su rápida transformación, de pueblo a barrio, de barrio pobre con equipamientos rudimentarios a barrio en veloz crecimiento. Los vecinos del aquí y el ahora, hemos visto volar el antiguo ayuntamiento, un vestigio de nuestro pasado que aún nos duele haber perdido, hemos sido testigos de la restauración de la parroquia de Santa Maria la Antigua, la construcción de su nuevo retablo, hemos visto como el cuartel que albergaba el conocimiento de la protección y defensa se transformaba en universidad dando un cariz más intelectual a nuestro entorno. Los transportes mejoran, llega el metro a Vicálvaro después de años de reivindicación vecinal. Se construye Valdebernardo, antigua tierra de labor, la fábrica de Valderrivas se derriba y se construye un gran poblado. Estos cambios trae consigo una gran aumento de la población, los vicalvareños se renuevan, desde la adopción de nuevos vecinos como la acogida a miles de inmigrantes que pasean por sus calles, o miles de jóvenes que vienen a estudiar desde distintos puntos de nuestro alrededor … pero aún con tantos cambios todavía se oye el “voy a Madrid”.

    El título elegido para esta conferencia es “UN ESPACIO EN EL TIEMPO”, porque dentro del término de Vicálvaro, solamente vamos a resaltar una pequeña porción de terreno, el que hoy ocupa la universidad Rey Juan Carlos, y estudiaremos las diversas transformaciones que a lo largo del tiempo ha sufrido este pequeño espacio.

     Por ello, nos vamos a remontar al siglo XVIII y vamos a ver que ocurre en ese espacio, para ubicarnos mejor vamos a dar unas breves pinceladas que nos ayuden a entender todos estos cambios y movernos en ese contexto.

     Se inicia el siglo XVIII con una nueva dinastía monárquica: los Borbones. El primer Borbón, Felipe V, se encontró al llegar al trono un país sin industrias, cuyos mercado colonial e interior dependían de las importaciones. Así, la escasa industria que existía se reducía a unos pequeños talleres artesanos muy especializados que se denominaban gremios. El Estado, tiene que proteger e impulsar la vida económica y crear modelos de manufacturas, (fábricas), para no depender de los productos europeos.

      Se lleva a cabo una serie de reformas con las que se intenta una mejora en la economía, y como consecuencia el aumento y bienestar de la población. Por ello, Felipe V siguiendo el ejemplo de Francia, que había salido de la profunda crisis económica de finales del siglo XVII, por la acción intervensionista del Estado, y con el fin de combatir la decadencia en que se encontraba la industria y el comercio en España, introduce el mercantilismo.

      El Mercantilismo es un sistema económico intervencionista y proteccionista. Intervencionista porque el Estado interviene en la economía y proteccionista porque levantaba barreras aduaneras a las importaciones para proteger la producción nacional a la competencia de los productos extranjeros.

      El Mercantilismo aportó la fundamentación teórica que necesitaba el poder central en su insaciable necesidad de dinero para imponerse a los vasallos, a los señores feudales y a los súbditos de las colonias. La acumulación de dinero y de saldos favorables en el erario real era indispensable para sostener el brillante y lujoso espectáculo cortesano. Debemos recordar que los grandes palacios se construyen en este siglo: el Real Palacio de Oriente, Real Sitio de Aranjuez, Real Palacio de la Granja de San Ildefonso … siguiendo el esplendor de Versalles. La esencia del Mercantilismo se reducía, por consiguiente, a la acumulación de oro, su lema era “vender mucho y comprar poco” y por consiguiente el logro de una ventajosa balanza comercial, se redujo a la tradicional importación de productos manufacturados europeos que tantos caudales indianos había sustraído a los intereses españoles.

      Así pues, será el estado que impulse la economía a través de las manufacturas reales que son empresas estatales que representan un modelo económico totalmente nuevo en España: la “fábrica concentrada”, en la que se reunía por primera vez, un proceso completo de producción, y un trabajo colectivo y “en cadena”, en un único espacio arquitectónico. A través de este nuevo concepto económico se intentó la superación de los deficientes resultado del proceso de trabajo en el sistema gremial entonces vigente, en el cual el conjunto de operarios de aquél se efectuaba fragmentariamente, en diferentes talleres artesanales, en los que era imposible ejercer ningún tipo de control a lo largo del proceso de producción, disperso en diferentes espacios.

     La implantación de este nuevo modelo económico originó pues, el nacimiento de un nuevo tipo arquitectónico: la Fábrica, que había de satisfacer unas necesidades y funciones completamente nuevas, permitiendo el desarrollo de un proceso completo de producción, sin interrupción ni pérdidas de tiempo, con una rigurosa organización racional de su espacio interior, según las sucesivas fases del trabajo “en cadena”, facilitando el ejercicio de un imprescindible control sobre el producto y sobre las diferentes operaciones realizadas, con el fin de conseguir un ritmo constante de trabajo y una máxima eficacia en la producción.

      El tipo arquitectónico empleado fue el de la “fábrica bloque” de planta tradicional, cerrada, con uno o más patios interiores, en torno a los cuales se ordenaban, racionalmente, las diferentes dependencias que albergaban las diversas fases del trabajo, ofreciendo un espacio unitario y cerrado al entorno urbano, bien iluminado, y en el cual se podía controlar fácilmente la totalidad del proceso de producción.

      Argumentando la gran superficie de terreno necesaria a los nuevos establecimientos, el arquitecto francés Jacques François Bondel aconseja situarlos en los arrabales de las grandes ciudades, opinión que es compartida por el teórico italiano Francesco Milicia, quien lo amplia al exterior de los límites de la ciudad.

      Así pues, las Reales Fábricas construidas en Madrid a lo largo del S.XVIII, se van a localizar primordialmente en sus arrabales, en las proximidades de su cerca, suponiendo esta situación un primer intento de diferenciación funcional entre centro y periferia, entre zona residencial y comercial y zona industrial, detectándose en esta regulación del espacio urbano una incipiente sectorización de la ciudad según la función desempeñada por sus diferentes áreas. (1)

     Vemos que las manufacturas reales esas “fábricas concentradas” originan el nacimiento de un nuevo tipo arquitectónico y también una adecuada localización, todo ello unidos a una producción bien protegida por el Estado eliminando la competencia.

      Todo este proyecto respondía a las reformas ilustradas de la época, que intentaba modernizar el país y lograr una mayor eficacia en su administración.

     La planificación racional del proyecto desterraba toda construcción anárquica, todo estaba diseñado de acuerdo a la corrientes filosóficas ilustradas, todo los elementos subordinados a un centro. La fábrica es ahora el símbolo del poder del Estado y del nuevo concepto de política económica que aquél está desarrollando.

      Después de situarnos en este contexto, vemos construir muchas manufacturas reales: La Real fábrica de Porcelana del Buen Retiro, La Real fábrica de Coches de Avapiés, Real fábrica de Platerías de Martínez, La real fábrica de Salitre, la Fábrica de filtraciones de lejías en la Puerta de los Pozos para la Real de Salitres, real fábrica de Aguardientes y Naipes, Real fábrica de cera… y la que nos ocupa a nosotros la Real fábrica de Tapices…

     Será durante el reinado de Fernando VI (1746-1759) donde se elija el entorno de Torrejoncillo de la Ribera (hoy San Fernando de Henares) para establecer una fábrica de paños, a manera de sucursal de la de Guadalajara.

     El lugar reunía las condiciones idóneas para su instalación: agua y leña. Pero también inconvenientes, era de titularidad privada, no existía población, ni materia prima… por ello deberían comprar el terreno y construir todo de nueva planta y atraer a la población, la materia prima, no era problema. Castilla poseía una gran ganadería desde tiempo ancestrales, nos basta con recordar la vieja institución de la Mesta. Pero ¿qué se hacía con la lana hasta entonces? Se exportaba e importaban productos textiles manufacturados, que era lo que el estado con su política centralista quería evitar.

     En el Archivo General de Palacio Leg. 1265/4 se encuentra el documento de anexión de Torrejoncillo de la Ribera a la Corona en 1746. Por real decreto del 29 de Junio de 1746 “ (…) el rey resolvió que para fines del Real Servicio y utilidad Pública se incorporarse a la Corona y Real Patrimonio el lugar de Torrejón de la Ribera (hoy San Fernando de Henares), sito en la del río Jarama, con todo su territorio, y edificios, sotos, prados, río, fuentes, señorío, vasallaje y jurisdicción, alcabalas, cientos, millones, y todas las demás rentas (…) y así mando se ejecute dando al mismo tiempo equivalente proporcionando de bienes (…), pertenecientes a mi Real Patrimonio a él los que perteneciere el dicho lugar”.

     La “utilidad pública” consistía en establecer en él la Fábrica de paños superfino de cuenta de la Real Hacienda. Transferido el asunto a don Pedro Díaz de Mendoza, del Consejo de Hacienda, se procede a su tasación, recibiendo el lugar un valor global de 1.5132.016 reales de vellón. El 30 de agosto de ese mismo año se toma posesión, en nombre del rey.

     Este será el germen de nuestro vecino pueblo de San Fernando, cuyo nombre se debe en honor al patrón de su patrocinador real: Fernando VI.

     El complejo arquitectónico del Real Sitio de San Fernando es un temprano ejemplo de ciudad industrial, de población nacida por y para el trabajo, cuya creación debida a causas de estricta índole industrial, supone una gran novedad: la economía como base originara de la ciudad.

     Se trajeron de diferentes países europeos extranjeros expertos en maniobras textiles, con sus familias, para que ejercieran su oficio e impartieses sus enseñanzas entre los españoles. El Real sitio tuvo también un carácter agrícola, en un intento de autoabastecimiento de productos de primera necesidad de los pobladores y de la fábrica, organizándose racionalmente el cultivo. Estas razones puramente prácticas generaron un espacio racionalizado, donde había de desarrollar sus actividades una comunidad trabajadora con una máxima eficacia, ordenado y organizado para conseguir que el Real Sitio fuese una unidad autosuficiente. Sólo transcurrieron dos años desde su adquisición para que diera comienzo la producción en 1748.

     Se comienzan las obras de infraestructura, se realizan las zanjas para la red de abastecimiento de aguas. En principio se condujo agua “del nacimiento del camino de Ambroz” pero era muy salobre lo que provocó que al cabo de unos años las tuberías estuviesen macizas por la toba que se había formado en ellas. (2) De manera que a la poca calidad, pronto se unió la escasez debido al estrechamiento de las conducciones. Por ello, se tuvo que conducir aguas del río Jarama. Se conservan una carta de pago a D. Gabriel Puig y compañía asentistas de la obra de excavación del Caz (canal para coger el agua y conducirla hasta el lugar donde pueda ser aprovechada), que se realizó en el real Sitio de San Fernando para la dirección de las aguas del Rió Jarama a los batares y demás oficinas de ellas. (3) También se conserva una carta de pago a D. Ángel de Baliña y compañía asentistas de la obra de Fontanería, ejecutada en este Real Sitio de San Fernando para la conducción de agua a él desde el Prado de Valdevivar frente al camino, que va a Vicálvaro desde dicho sitio. (3)

     ¿Qué es un batán? El batán es una máquina destinada a transformar unos tejidos abiertos en otros más tupidos. Estas máquinas son impulsadas por la fuerza del agua de una corriente de agua que hace mover una rueda, que activa los mazos que posteriormente golpearán los tejidos hasta compactarlos.

     El emplazamiento de los batanes siempre es en la orilla de los ríos para aprovechar su fuerza hidráulica. En el cauce del río se construía una pequeña presa, desde ella el agua era conducida por una canalización con fuerte pendiente hasta la rueda. Al impactar el agua contra las cucharas de la rueda, esta comenzaba a girar llevando solidario el eje y poniendo en funcionamiento todos los mecanismos del batán. Al moverse la rueda se accionaban los mazos que comenzaban a golpear las mantas. Otro pequeño canal conducía un poco de agua hasta la cuba para mantener mojadas las mantas durante buena parte del proceso, evitando su desgaste por rozamiento. Este chorrito de agua, a la vez también servía para refrigerar los soportes del eje.

      Hemos visto que será el río Jarama decisivo en la elección de la construcción de la Fábrica cerca de su cauce, pero a su vez, también será responsable del declive de ésta. Las aguas del río serán decisivas para el lavado de la lana, del lino y del cáñamo pero también unos de los agentes decisivos para que durante el verano se decida trasladar esta fábrica a Vicálvaro. Las enfermedades que brotaban con mayor virulencia en verano, harán del Real Sitio de San Fernando un lugar malsano para vivir. Las fiebres, tercianas, diarreas… mermaban la población. El río donde se lavaba y pudrían la lana, sus mismas aguas también servían para el abastecimiento humano. Será en verano cuando el cauce del río este más bajo y sus aguas más putrefactas pero también durante las crecidas las aguas se enturbiaba y se embalsaban en pequeñas lagunas que posiblemente funcionaban como focos de infección. Factor que unido a los problemas de climatización de los extranjeros, las pocas y reducidas casas de la población, los materiales de cuezos de cal y yesos…harán el resto.
 
     Se nombrará a D. Teodoro Ventura de Argumosa, gobernador de las Reales Fábricas de Paños de Guadalajara, San Fernando y Brihuega, quien debe de informar a D. José de Carvajal, secretario de estado, todo lo que le suceda en la presidencia. Así, el 19 de Noviembre de 1746 Ventura de Argumosa jura el cargo ante la Junta, y se responsabiliza del cuidado “de la calidad de que deben trabajarse los paños y demás géneros, salarios, y jornales de los empleados, asistiendo puntualmente a la fábrica todos los días…, dando cuenta al expresado don José de Carvajal de todo lo que ocurriese… a fin de dar reglas para que se fabriquen los géneros a la menor costa posible, y se eviten fraudes y desperdicios”. (4)

      D. José de Carvajal y Lancaster fue secretario de Hacienda entre 1746 y 1754 año en que fallece, sucediéndole como ministro de Hacienda Juan Francisco Ruiz de Gaona y Portocarrero, conde de Valdeparaiso…

      El Archivo General de Simancas, guarda celosamente toda la correspondencia originada del devenir de las fábricas. Ya Argumosa en algunos de sus escritos alude a menudo a los frecuentes daños ocasionados por el río Jarama. “el río se nos entró en la vega e inundó molino y batán”, “el río nos hace fuertes descalabros con sus crecimientos, que es un gasto continuo” (5)

      También el manuscrito de Tomás López da su versión de los hechos, porque la aparición y la persistencia de enfermedades en San Fernando originan el fracaso de la fábrica y provocan la paralización de las obras de la construcción de ésta.

      “Los excesos de los operarios en el comer y en el beber, así extranjeros como españoles, por el crecido estipendio que gozaban, dieron lugar a que se experimentase una epidemia de que falleció la mayor parte; por lo que S.M. envió varios físicos a fin de que indagasen la causa (…), quienes no encontraron otro modo de informar al Soberano más de que era aquel sitio poco saludable, motivo por el que el rey, llevado de su piadoso corazón. Mandó cesar las obras dejándolas en el estado que tenían, y que se construyese en el lugar de Vicálvaro un edificio capaz para las fábricas. Luego que se concluyó dicha obra en Vicálvaro se trasladaron a ella los materiales prevenidos para la de San Fernando, quedando esta ciudad desierta por el poco conocimientos de los físicos que informaron”· (6)

     Malaria, paludismo, fiebres palúdicas, fiebres intermitentes, fiebres veraniegas, son nombres distintos para una misma enfermedad, la cual ha castigado al hombre desde épocas muy remotas. Livio, Galeno, Celso, Varrón, Vitrubio y Columela describieron perfectamente la enfermedad desde la más remota antigüedad, e Hipócrates se refiere en sus escritos a las fiebres palúdicas (aún no se le conocían con este nombre) clasificándolas en 3 grupos: cotidianas, ternarias y cuaternarias, reconociendo la influencia de las estaciones, las lluvias y las aguas estancadas en la proximidad de los pueblos.

     En resumen, en la segunda mitad del siglo XVIII, son evidentes para numerosos médicos las conexiones que existen entre la morbilidad, y por tanto la mortalidad, y el medio ambiente. Las sutiles relaciones que se establecen entre las aguas, los vientos, el aire, los climas, el suelo, la alimentación y la aparición de epidemias, su difusión a través de miasmas y la distribución espacial de las enfermedades, debían, por tanto, ser objeto de estudio. Al superar la medicina el estudio del cuerpo humano, como lugar privilegiado de enfermedad, se enfrenta a un espacio mucho más amplio, que primero será sólo físico, para devenir finalmente en social. Los médicos se convertirán así, en una de las primeras comunidades científicas que elaborarán un estudio de espacios concretos, localizados, de regiones; en suma, una geografía, en el sentido que luego se dio a este término.

      Los inicios en la segunda mitad del siglo XVIII, de una “política de la salud” impulsada por los estados absolutistas e instrumentalizada a través de las sociedades científicas, y las nuevas demandas sociales que imponen el impacto de enfermedades endémicas y nuevas epidemias (fiebre amarilla y cólera), constituyen el marco institucional y social respectivos, que pueden ayudarnos a explicar el éxito de los “enfoques ecológicos” en la medicina.

     Asistimos en el siglo XVIII a una profunda reorientación de las actitudes sociales ante el fenómeno de la enfermedad. Frente al tradicional fatalismo que presidía cualquier brote epidémico y aconsejaba “huir o encomendarse a Dios”, se desarrollarán ahora medidas de saneamiento y control.

      En su conjunto, este despliegue de actividad científica, testimonia la preocupación de los poderes políticos en la época ilustrada, por delimitar los focos, las zonas de enfermedad; promoviendo un tipo de encuestas, en las que el estudio poblacional, y la atención a las variables espaciales, ocupan un lugar preeminente.

      Esta es la base por la cual se decide trasladar la Fábrica, por encontrar mal sano el lugar y tener que elegir otra ubicación. ¿por qué Vicálvaro? tuvimos suerte en la elección de nuestro pueblo, quizás casual o quizás motivado por ser un lugar alto, Vicálvaro esta asentado en una cima, y bien ventilado, a su vez el pueblo se encontraba a camino entre la Corte y San Fernando de Henares. Tenía fama de clima saludable como se desprende del informe de Domingo Álvarez Valentín, párroco de Santa María la Antigua, donde describe a Vicálvaro y Ambroz el 25 de abril de 1788, a petición del Cardenal Lorenzana y por intermedio de Thomás López, con destino a la descripción de los Pueblos de Madrid. En el cuarto punto del interrogatorio nos informa de que este pueblo tiene dos arroyos pequeños, que el uno baja junto a la ermita del Cristo de la Guía (sita en el camino bajo que va a Madrid, como a el Poniente) como de poniente hacia el levante, y el otro, al salir de la calle que llaman de San Pedro, que baja como del Norte y, juntos, bajo del lugar, por un despoblado que llaman de Nuestro Señora de la Torre, entre el levante y mediodía, entran en el río de Manzanares, cerca de Bacia Madrid. Dista de este río, como legua y media y del de Jarama que está a Levante, una legua larga, por cuya razón, y la de ser sus arroyos pequeños, no tiene puentes ni barcas.

Restos de una antigua mina de captación de agua en Vicálvaro.

      También nos describe sus fuentes en el punto 14 del interrogatorio, que dice así: tiene este pueblo cuatro fuentes de aguas claras y buenas. La una, de tres caños muy abundantes, y las otras de tres, con su caño cada uno, cuyos nombres son: La Fuente de Arriba, que es la de los tres caños, la de San Jorge, la de San Pedro y San Juan y, además, tiene otra fuente, aunque sin caño, que tiene algo de mineral para mover el vientre y otros saludables efectos. (7)


Fuente de San Pedro en 1.994

Antiguo Lavadero de Vicálvaro.


      A partir del año 1753 se comienza a trasladar la fábrica completa durante los meses críticos, donde permanecerá parte de ella conservando el nombre primitivo. El nombre de San Fernando es ya conocido y distinguido en los mercados. Desde el 3 de Mayo de 1951 hasta el 11 de Septiembre de ese mismo año, se traslada parte de la manufactura a Vicálvaro, concretamente la planificación de la fábrica de sombreros y un tramo de la de paños.

      El traslado de la Fábrica de Tejidos de San Fernando a Vicálvaro se produce en 1751 primero solamente durante el periodo de verano como hemos visto y por ser la estación donde brota con mayor virulencia las enfermedades.

      Se elige en 1751 la casa perteneciente a los Padres Trinitarios descalzos de Jesús de Nazareno de la Villa de Madrid, que éstos tenían en Vicálvaro para albergar a la fábrica. Para acondicionarla se paga 49.894 reales y 11 maravedíes de vellón, más otros 19 abonos.


      Nos llama la atención la titularidad de este edificio, poco conocemos sobre esta orden, se la relaciona con la mediación en las redenciones de cautivos y, además mantenían pequeños hospitales-hospicios para atender a los numerosos cautivos que caían en manos de los musulmanes. Para entender esto debemos remontarnos al contexto histórico en que nació y que explican su rápido desarrollo: las luchas de la reconquista en la península ibérica y las piraterías marítimas de los musulmanes llenaban las mazmorras de la España mora y del norte de África de cristianos. La Orden de la Santísima Trinidad y de la Redención de Cautivos (Trinitarios) es una familia religiosa formada por un francés Juan de la Mata (1154-1213) con regla propia aprobada por Inocencio III el 17 de diciembre de 1198 con la bula “Operante divine dispositionis”. Es la primera institución oficial en la iglesia dedicada al servicio de la redención con las manos desarmadas, sin más armadura que la misericordia.

      Su misión era liberar a los presos gracias al rescate pagado por ellos. Las condiciones de los presos era de esclavitud y siempre expuestos a renegar de la fe de sus antepasados. Será un padre trinitario, fray Juan Gil, quien recate a D. Miguel de Cervantes cautivo en Argel desde el año 1575, en que fue apresado por unas galeras turcas mientras pasaba de Italia a España. También serán los trinitarios quien rescate la talla de Jesús Nazareno realizada a mediados del siglo XVII (hoy Jesús de Medinaceli) que fue llevada a Marruecos para el culto de los soldados españoles, cayendo prisionera por los moros en abril de 1681.

      Pero, nos preguntamos para qué comprarían una casa los padres trinitarios en Vicálvaro, sería a modo de inversión, porque no nos consta que fuera utilizada por ellos.

     En el Archivo Histórico Nacional se conserva la escritura de compra de una casa situada en la Calle Nueva (hoy Condesa Venga del Pozo) que adquiere D. Alejandro de la Concepción, ministro general de la orden de los Trinitarios Descalzos Redención de los cautivos. Esta casa fue comprada en 1734 a D. Juan Francisco Zavala vecino de Vicálvaro. (8)

      Desconocemos a qué se utilizó esta casa desde su adquisición en 1734 hasta su arriendo por la corona en 1751. Desde 1751 se traslada parte de la fábrica de San Fernando a Vicálvaro, acondicionando para ello este edificio, estableciendo una casa cuartel para el alojamiento de los trabajadores.

     Nos preguntamos como vivieron este traslado los empleados de la fábrica, qué problemas les ocasionó…, en una de las cartas de Ventura Argumosa leemos:

“Los irlandeses se hayan también en el sitio con sus buenas casas,
Casi todos protestan ir a Vicálvaro, donde se he dispuesto celdas para
Su habitar ya que son muchos y hay pocas casas de alquiler.
Con prudencia y sin falta de fe yo soy de dictamen de obligarlos a ir estos
Tres meses y conviene por muchos circunstancias que diré a boca a
Vuestra ilustrísima.” (9)

      Así pues, desde 1751 hasta 1753 que se construye de nueva planta en las eras de Vicálvaro, la fábrica se trasladaba los tres meses de verano, ocupando la casa arrendada a los frailes. En 1753, año en que se traslada la fabrica completa durante el verano, fue adaptada para albergar la fabricación de sombreros. Manufactura que fue trasladada en su totalidad desde San Fernando.

      Haremos un paréntesis trasladándonos en el espacio que nos ocupa a la Calle Nueva (hoy Condesa Vega del Pozo) para seguir la historia de esta fábrica de sombreros y posteriormente volveremos a 1753 para ver construir en las eras del pueblo de Vicálvaro la obra realizada para albergar la fabrica de paños.

      D. Manuel de Gadea, tesorero particular de estas Reales Fábricas, en el estado de cuentas que presenta referente a la Fábrica de sombreros, que corre a cargo de D. Luis Laforest , francés, desde el día 22 de Junio de 1750 en adelante. En este documento que literalmente transcribo, leemos:


“A Gabriel de Madrid y Dávila a trescientos cuarenta y nueve reales de vellón, los mismos que importó, la conducción de sobreros, que ejecutó en el referido año de 1753 desde primeros de Enero a fin de Diciembre de él, desde el lugar de Vicálvaro, donde se halla establecida esta nominada fábrica al almacén de la Villa de Madrid que corre a cargo de D. Francisco Antonio de Mendieta.
Al referido D. Francisco Antonio de Mendieta, dos mil doscientos reales de vellón, los mismos que satisfizo a los reverendos Padres Fray Cristóbal de Concepción y fray José de Santa Maria , procuradores generales de la Orden de Descalzos de la Santísima Trinidad redención de cautivos de la Villa de Madrid por el alquiler de una año de las casas sita en el lugar de Vicálvaro, propias del definitorio general de esta orden, que tiene arrendada para la expresada Fábrica de sombreros, y empezó a correr en veinte de octubre del año de 1752 y cumplió otro tal día del siguiente del citado de 1753 a razón de 200 ducados de vellón al año, como consta de dos recibos de la misma cantidad, vistos por mí, e intervenidos por la expresada Contaduría, que ha presentado en ella sus fechas, tres y cinco de Abril, y cuatro de Noviembre del enunciado año de 1753.
A Pedro Prieto y Compañía, asentistas del taller de Carpintería de estas reales Fábricas a 130 reales de vellón por seis cajones que hicieron, para conducir sombreros a la villa de Madrid, y otras parte a razón de 20 reales de vellón cada uno, según consta la libranza de la misma cantidad.

Las cuales estas partidas componen los 20.669 reales de vellón, como contra de las libranzas, que originales han presentado el citado Sr. D. Manuel de Gadea en la Contaduría General de estas Reales Fábricas donde quedan recogidas con los recibos puestos por los interesados a su continuación, y de este abono se ha de tomar la razón por la expresada contaduría. San Fernando y Enero a 20 de 1754. “Firmado: Ventura de Argumosa y tomó la razón: D. Francisco Ortiz Menuelo .”(10)

      Tras la dirección de Laforest, otro francés se hace cargo de ella, Fournol, desde el año 1756 a 1758, pasando después a depender del Gremio de Joyería de la calle Mayor de Madrid; trasladada a la Corte, seguirá llevando el nombre de San Fernando.

      Eugenio Larruga nos informa que en el año 1758 se encargó de esta fábrica de sombreros el gremio de la joyería de la calle mayor, uno de los cinco de esta Corte, de administrarla, bajo varias condiciones que fueron aprobadas y ratificadas hasta la última contrata autorizada con Real Cédula de 26 de Mayo de 1768. Entre estos pactos se firma el mantener la fábrica por 10 años y la prohibición de la entrada de sombreros extranjeros. Esta fábrica se esmeró en los primeros años en labrar crecidas porciones de sombreros de varias calidades; pero a pocos años pedió su crédito en el público por el excesivo precio a que se vendían en sus tiendas, y también por el mal tinte de los sombreros. En 1786, con la Real Resolución de 28 de Noviembre de dicho año, el gremio de joyería otorgó la correspondiente escritura de cesión, venta y traslado de todos los enseres a favor del cuerpo general de los cinco gremios mayores, que quedó hecho cargo de ella desde primeros de Enero de 1786. Durante los 20 años que hasta entonces corrió esta manufactura por cuenta del gremio de joyería, en vez de ganancias había dado pérdidas. (11)

      Con lo cual entendemos que la fábrica de sombreros ocupa la casa arrendada a los frailes en Vicálvaro desde 1751 a 1758. Volvemos a encontrar noticias sobre esta finca en 1876, donde ya es localizada no solo en su disposición de la Calle Nueva sino también con el Nº 7. En esta ocasión se arrienda en Julio de 1876 a D. Manuel Pinilla y Rodríguez, el corral con unas casuchas denominada de los Frailes. En este documento, leemos que “se hace un inventario de la propiedad urbana perteneciente al estado en esta población y en calle Nueva Nº 7 procedente del clero”. Este arriendo dura poco, pues meses más tarde, en noviembre de ese mismo año, se le comunica por orden del Sr. Jefe Económico de la provincia el cese en el arriendo de la citada finca tan pronto como se adjudique el nuevo arriendo en subasta pública que se celebraría el día 25 de Noviembre. Firmado por el Sr. Alcalde Constitucional de Vicálvaro. (12)

      De hecho, esta finca sale anunciada y con el pliego de condiciones para su subasta en arriendo en el Boletín Oficial de la Provincia nº 260. En ella sigue conocida por la casa de los frailes. (12). Nos llama la atención la titularidad pública del edificio, creemos afectado por la desamortización de Mendizábal en 1837.

      Después de este paréntesis, volvemos a retomar el traslado de la Real Fábrica de Tejidos de San Fernando a Vicálvaro. Recordamos que desde el año 1751, se traslada parte de la fábrica a Vicálvaro durante los meses de verano, acondicionando para ello el edificio de los Padres trinitarios, como hemos visto, será en el verano de 1753 cuanto se traslada la totalidad de la fábrica.

      Larruga señala lo perjudicial que resultó la división de maniobras entre los dos lugares: sucediendo a veces que los mismos géneros hacían cuatro o cinco viajes; además del riesgo que corrían de que en estos reiterados movimientos robasen parte de las lanas. Los maestros pagados para cuidar de las operaciones que se hacían en Vicálvaro, no podían atender a las que se ejecutaban en los almacenes, en el batán y, particularmente, en los tintes de San Fernando (10). Por ello, poco a poco será Vicálvaro quien vaya albergando la totalidad de la fábrica.

      Se despacha en 1753 una libranza a “don Fernando Moradillo, don Ventura Padierne, don José Arredondo, don Manuel López Corona, don Bernardo Cagigal y don Manuel de Villegas, todos seis maestros de obras y asentistas de las que dé cuenta de esta Real Fábrica se están construyendo en el término y cercanías del lugar de Vicálvaro por mano de D. Francisco Antonio de Atendieta tesorero general de estas expresadas fabricas… para la construcción de la casa fábrica y otra de habitaciones que se están ejecutando” (13).

      Se les destina un total de 450.000 reales por su asiento en 20 de Enero de 1753, más otro abono para los materiales fechado cuatro días más tarde. Meses más tarde se ejecutará otras tres libranzas por 539.073 reales, el 20 de noviembre, el 14 y 31 de diciembre.

      La planta de la fábrica, se dispone alrededor de un gran patio, como era habitual en este tipo de construcciones, no tenemos planos de la fábrica pero sí del cuartel de Vicálvaro que posteriormente lo ocupó. En este plano vemos lo que hemos dicho al principio, ese nuevo tipo arquitectónico la “fábrica bloque”, de planta tradicional, cerrada entorno a un patio interior, en torno al cual se ordenaban, racionalmente las diferentes dependencias que albergaban las diversas fases del trabajo, ofreciendo un espacio unitario y cerrado al entorno urbano, bien iluminado, y en el cual se podía controlar fácilmente la totalidad del proceso de construcción. Es en suma, un centro funcional y utilitario de un complejo industrial. Tenía que tener otro patio donde se encontraban las casas, como se desprende de una relación de gastos de 1753 de la que hablaremos más adelante.

      El edificio construido es de ladrillo, frente al construido San Fernando realizado en piedra. Este hecho denota, la necesidad de construir lo más deprisa posible, máxime cuando Vicálvaro contaba con una fábrica de ladrillos cerca. La realización en ladrillo era de buena calidad y buena manufactura.



Edificio de piedra en San Fernando de Henares.


Edificio de ladrillo en Vicálvaro, en 1.936.


      Se conserva una carta donde se habla de que las obras de Vicálvaro están finalizadas y solicita empezar la mudanza antes de “ que apuntes los males, pues aunque el año es seco no faltarán las tercianas y la obra esta más que en punta con los aires y soles que ha tenido durante su construcción. Mucho temo que el río Jarama nos escasee el agua, porque es corto ya su caudal” (9).

      Una vez construido el edificio era necesario realizar la mudanza, encontramos un documento donde nos habla del traslado de los muebles y pertrechos de todas las maniobras de la fábrica de San Fernando a Vicálvaro. Este documento también nos habla de la relación de gastos de pintura tanto en el interior y exterior de la fábrica y de los colores empleados, gracias a él podemos imaginar el diseño de este edificio. En él habla de dos pares de puertas en el paso entre los dos patios.

       Relación de gastos causados en el establecimiento de la Real Fábrica de paños En el lugar de Vicálvaro en el año de 1753. Importe 569018 reales y 25 maravedíes. (14)

      Un año después se mide y se tasa lo construido, con el fin de ajustar la cuenta con los referidos asentistas, así el 4 de junio de 1754 se libran 500 reales a “D. Blas Rodríguez, maestro de obras, arquitecto de la villa de Madrid, por el trabajo que tuvo en medir, tasar y reconocer las dos obras de la casa fábrica y cuartel de habitaciones de dependientes de ella que dé cuenta de la Real Hacienda se ejecutaron en el termino y cercanías del lugar de Vicálvaro en los años pasados de 1752 y 1753 por asiento a cargo de D. Bernardo Cagigal y Compañía” (15).

      Una vez visto como se construye la fábrica, veamos lo que opinan los vecinos vicálvareños;

       Ventura de Argumosa en una de las cartas a D. José de Carvajal habla de todos los problemas que se encuentra con el asentamiento de la Fábrica, en cambio Larruga habla de todos los beneficios que este asentamiento supuso para Vicálvaro, cara y cruz de un mismo hecho. Veamos los dos documentos.

El asentamiento de la fábrica en Vicálvaro, también supuso el encarecimiento y subida de precios y los enfrentamientos con el poder político del pueblo y la lucha de poderes entre la alcaldía y el gobierno de la fábrica…, en una carta que Ventura de Argumosa envió a D. José de Carvajal y Lancaster, secretario del rey, el 2 de Agosto de 1753 leemos:

“Señor excelentísimo:

La demasiada tolerancia y prudencia, con que he caminado desde los principios en este pueblo; han dado motivo, a que algunos de sus individuos hayan abusado hasta el extremo de la insolencia; por cuya razón, no puedo omitir el informar a V.I. de lo siguiente:

Desde luego que vino aquí el ramo de fábrica y la de sombreros, se empeñaron en que no solo los operarios, y maestros habían que pagar y sujetase a todo lo que esta un vecino, sino que también los ingredientes y materiales, para la fábrica, había que de pagar su alcabala, gozando siempre de libertad en todo el reino, por lo que no lo permití, pero lo de maestros y dependientes se disimulo por ser pocos: también me hice el desentendido de varios excesos cometidos por los Alcaldes, hasta de entrar en la fábrica con vara y ministro a aprehender un operario que hubiera tenido efecto a haberlo encontrado según se me informó.

Desde el punto que se empezó a construir la Casa fábrica y cuartel empezaron a alzar precios de portees, bastimentos, y todo cuanto podía conspira a imposibilitar y hacer costosa la obra.
Luego que se empezó a mudar la fábrica y a tomar casas los Ministros y maestros para vivir, las subieron todas, y si alguno no la subía, se le amenazaba sigilosamente. Y hubo caso, en que a un vecino (que habitaba una y voluntariamente porque le tenía cuenta, se quería mudar y dársela a un oficial de la Contaduría) se le amenazó por los alcaldes de si lo hacia quitarle un cargo que tenía por ello que le valía algo. Habiendo tomado yo una que estaba desalquilada y sus propios dueños me rogaron con ella, porque uno de Madrid, que la había tenido, no la quería en 600 reales que yo la tomé, sino en tres o cuatrocientos que había pagado antes, le escribieron los alcaldes brindándole con ella: esto me consta por carta que tengo del mismo sujeto, y se me asegura que ofrecieron pagar ellos el resto desde cuatrocientos a seiscientos reales y quedarse con ella.
En la carnicería y demás puestos de abastos, no se da muchas veces al fabricante hasta que todo vecino esté despachado y por esta ley he pasado yo, esto propio sucedía con el pan hasta que he puesto tahona, no obstante que se les ha libertado en consideración a la fábrica de la contribución de pan, que debe llevar este pueblo a Madrid.
La taberna ha administrado de su cuenta por vender los vinos malos o bueno y a como quieren.
Se han opuesto a que en la plaza de la fábrica se vendan legumbres, ni cosa alguna, por cobrar el derecho, y la estafa de postura, peso y licencia.
En vista de esto traté con los alcaldes para poner algún medio: acordaron al pronto que todo el vino que trajesen por mayor los dependientes de fábrica para su consumo fuese libre, como las legumbres y que en punto a carne, vino por menor, aceite y demás comestibles, lo reflexionarían y acordaríamos lo mejor, sin perjuicio de los derechos reales ni de la fábrica. En esta inteligencia los ministros y otros trajeron de San Fernando su vino, sin que se les pusiese embargo y ayer trajeron al contador una porción de vino propio suyo y para su consumo, lo llevaron a su casa, como se hacia y se había acordado (estando el en Madrid al jubileo del día) y sin darme aviso ni queja han embargo a las caballerías que lo condujeron y lo están aún discurro que será a fin de que pague el derecho.
Habiendo mucho tiempo que quedamos en hacer el convenio que llevo esperando, les envié un recado a los Alcaldes para que despacháramos con arreglar estos puntos porque toda la fábrica clamaba con razón lo caro y lo malo que me han respondido que no hay nada de los dicho: que yo tire por donde pueda: que la fábrica no les consta goce el menor privilegio, hoy han tenido concejo y parece determinaron recurrir a V.E no se como y que en su defecto irán a otro parte.
Todo esto nace de que el pueblo esta encabezado por toda contribución en una cantidad que sacan mucho más solo del ramo del vino, quedando a beneficio todos los demás derechos que cargan a la carne, aceite y demás géneros que sufre el común y hoy toda la fábrica y en que solo son beneficiado estos pocos ricos en quienes anda alternando la vara y que en ver de que por sus Haciendas debieron pagar la mitad de las cargas en justicia, no pagan y ganan mucho encima: el pueblo clama y convencido este en que con la Fábrica se pondrán remedio a tanto abuso y desorden, han puesto en consternación los ánimos de estos avaros, tan tenaces y ciegos, que sino se toma alguna providencia seria, temo algún escándalo grave, pues todo el común está esclavizado y pretenden lo propio con la fábrica, cuyos individuos están contenidos a fuerza de la gran obediencia y sumisión en que viven y con la esperanza de su alivio.
Aquí no media la poderosa razón de que la excepción de la Fábrica redunde en perjuicio de la Real Hacienda pues no se administra por ella, están encabezados en un tanto como sino hubiera tal fábrica y sin esta, sacaban mucho mas de los abastos públicos de lo que pagaban, con que cuanto pagan lo de la fábrica, que sabemos que todo el pueblo en su consumo es una pura ganancia para estos manipulantes que sino se reducen a lo justo convendría infinito, con nuestro superior, encargarse la fábrica de dar al Rey la cantidad que percibe, el Pueblo y Fabrica en libertad y se ganaría dinero, solo con la tabernas y lo que deben contribuir los Hacendado por reglas de Millones.
Todas estas inquietudes nacen principalmente de uno que es actualmente Procurador del lugar, muy caviloso, desmedido en el hablar, con un dominio absoluto sobre todos, de modo que ningún alcalde, ni otro hace nada sin que el lo mando; y yo hubiera compuesto las cosas con todos inhiben, si este no los indispusiera con gran arte y precaución, porque sabe más todos, pero es muy malo y aborrecido, naturalmente será (como procurador que es) uno de los que irán a hablar a V.E. en caso de que lo ejecuten.
También pretende como es justo, se les paguen las eras que ocupan la Fábrica y cuartel, lo que no está ya hecho por no saber hasta el presente el solar que necesitábamos de tajas a fuera y también, por que pretenden, como en todo, precio excesivo y yo les he propuesto o tasar peritos o que presenten las escrituras de compras y se les pagará por ellas con sus mejoras si las hay, pero de esto saldremos muy breve ya estuviera evacuado, si el dinero no estuviera tan escaso y no se les ha seguido, ni sigue el mas remoto perjuicio pues tienen sobra de eras.
Todo lo que me ha parecido poner en la consideración de V.E. para que se sirva mandarme lo que tenga por más conveniente.
Despedida y firma. Ventura de Argumosa.” (16)

      Este documento, nos revela la importancia de la alimentación y su preocupación por el abastecimiento del pueblo. Y nos muestra los impuestos de la época.

      La hacienda tiene un fin recaudador, pero recaudar el dinero de los súbditos, en aquella época, era muy complejo y caro, por lo que se suelen alquilar los derechos de recaudación, es lo que se conoce con el nombre de encabezamientos. La recaudación de impuestos suponía más gastos que ingresos, por eso se inventó el sistema de encabezamientos, o alquiler del derecho de recaudación, con lo que la corona se aseguraba unos ingresos fijos, aunque menores de lo que le hubiese correspondido.


      Entendemos en la carta que los alcaldes no quieren perder todos los beneficios y derechos que adquieren de los impuestos indirectos que cobran de los productos, ya que “el pueblo está encabezado por toda contribución en una cantidad” a más personas menos tocan de pagar a la Real Hacienda, y éstos sacan más de las abastos públicos. Todos los productos vendidos en el mercado debían serlo al precio marcado periódicamente por el Ayuntamiento.

La alcabala es un impuesto sobre las compraventas y cambios y por tanto indirecto sobre el consumo, siendo sus sujetos pasivos tanto el pueblo llano como las clases privilegiadas. La Alcabala se convertirá en ingreso fijo al funcionar con el sistema de los encabezamientos municipales, o cuota fija que el Estado impone a los municipios. Otro tanto ocurre con los “Millones o Consumos”, impuesto indirecto sobre el consumo que grava el vino, aceite, vinagre y carne, y que fue desde siempre mal recibido al gravar artículos de primera necesidad que además los encarecía.

      El vino fue considerado como alimento como hemos visto, y cómo tal protagonizó una actividad comercial peculiar. Fue el artículo alimenticio que, por impuestos, más dinero aportó al erario público, por lo que aunque a menudo fuera cuestionado su consumo, por motivos lógicos de entender, nunca hubo ausencia de él. Otra cuestión es si los comestibles fueron consumidos equitativamente por todos los estratos sociales. Desde luego que no, pues los altos precios de numerosos alimentos restringieron su consumo habitual a extensas capas de la población.

     Otro problema que habla es el pago de las eras sin tasar puesto que no saben cuánto solar van a utilizar, Ventura de Argumosa considera que no se hace ningún perjuicio al pueblo puesto tienen eras de sobra.

      En cambio, Larruga en sus Memorias Políticas y Económicas, nos dice:

“…a este pueblo se transfirió en el año de 1753 la Real Fábrica de paños de San Fernando. Para esto fue preciso construir la casa fábrica con habitaciones para sus operarios en el sitio y heras donde muchos de los vecinos labradores executaban la recolección de granos, con tal disposición, que para el uso de las demás heras que les quedaron se les han cerrado los ayres, y estrechado el término con los edificios, de tal forma, que desde entonces excuentan sus recolecciones, sin arbitrio de hacerlo en otro parte, a costa de mucho trabajo, tiempo y dispendio.

Este perjuicio le toleraba el pueblo con el mayor gusto, por la mayor conveniencia que le resultaba de la fábrica; pues tomaron tal inclinación sus naturales, que en el año de 1760 ya se contaba la mitad de sus vecinos empleados en ella.” (11)

      Según un estado de las Reales Fábricas existían en 1754 en Vicálvaro “una casa fábrica, capaz para cien telares, aunque de inferior construcción (respecto a la de San Fernando), con destino a trabajar en verano” una casa cuartel con ciento cuarenta cuartos y ocho crujías, todo para el alojamiento de operarios”, “una casa arrendada para la fábrica de sombreros, con todas sus oficinas” y otra con las fraguas e instrumentos necesarios “para la construcción de tijeras de tundir a la inglesa” (17)

       Parece desprenderse del documento que la única casa arrendada era la ocupada para la fábrica de sombreros, ésta casa sería la que pertenecería a los Padre Trinitarios, coincidiendo también que fue la primera manufactura que se traslada como hemos visto en 1751.

       En el año 1756 se desmontarán las presas de la fábrica del Real Sitio para su traslado a Vicálvaro. (18) Argumosa, en una carta dirigida al conde de Valdeparaíso en 1756, le informa sobre la paralización definitiva de las obras. “en el Sitio de San Fernando se hallan una porción de lienzos de paredes empezadas y a medio hacer, sueltas y descubiertas, que fue el estado en que las cogió cuando se suspendió la construcción de mayor número casas, por lo que están expuestas a irse cayendo y arruinando con los temporales, y de ningún uso ni provecho, y sólo puede aprovecharse el material de la piedra y algún ladrillo que tienen… asimismo hay algunas porciones de cal apiladas, y otras mezcladas y amasadas que hace años está en este estado porque el señor don José de Carvajal no quiso se vendiese cuando se suspendieron las obras”. (19)

      En 1757,debido al derroche que suponía para la Real Hacienda sostener las fábricas que componían el complejo de Guadalajara (Guadalajara, San Fernando y Brihuega), se arrienda por diez años a la compañía de los Cinco gremios Mayores de Madrid.( 1757- 1767). El edificio de la casa-fábrica de San Fernando, en su parte industrial, es utilizado sólo como almacén por la citada compañía: la fabricación se realiza en Vicálvaro.

      Mientras tanto, los tiempos van cambiando, de la intervención y la protección del estado al librecambismo. ¿Qué es el librecambismo? Es una posición en favor de la libertad del comercio internacional, sus argumentos se resumen en la teoría de que toda persona posee el derecho natural de comprar y vender bajo las mismas condiciones y en los mercados que considere más ventajosos; la división Internacional del trabajo es generadora de una productividad mayor que la resultante del proteccionismo y la competencia tiene efectos beneficiosos que se traducen en el perfeccionamiento de la tecnología y la reducción de precios a escala mundial.

      Nos encontramos en la época de Carlos III (1759-1788) imitando la nueva corriente imperante en Francia, la de la fisiocracia de los ilustrados. ¿Qué es la fisiocracia? La fisiocracia era una escuela de pensamiento económico del siglo XVIII fundada por François Quesnay en Francia. Afirmaba la existencia de una ley natural por la cual el buen funcionamiento del sistema económico estaría asegurado sin la intervención del gobierno. Su doctrina queda resumida en la expresión «laissez faire, laissez passer» (dejar hacer, dejar pasar).

      El origen del término fisiocracia proviene del griego y quiere decir “gobierno de la naturaleza”, al considerar los fisiócratas que las leyes humanas debían estar en armonía con las leyes de la naturaleza.

      Ahora se pasa a la política económica no intervensionista y librecambista (como hemos visto de signo contrario al proteccionismo). En 1760 debido a las ideas fisiocráticas de los ilustrados se liberaliza la importación de textiles con la consiguiente quiebra de empresas y despido de obreros.

      En 1765 liberalizan el precio del trigo, suprimiendo la tasa o precio máximo, en una época de gran escasez debido a las malas cosechas de 1761 a 1765, la supresión de la tasa de trigo hizo subir enormemente los precios del pan en aquellas circunstancias, al año siguiente, en 1766, estalló el motín de Esquilache. Será el decreto promulgado el 10 de Marzo por inspiración de su ministro italiano Leopoldo de Gregoria, marqués de Esquilache, donde regula el vestido según categorías sociales y acortando los sombreros y capas para atemperarles a la moda europea. Pretexto tan sutil se convierte en causa de un motín. La imposición de la vestimenta sienta mal en una opinión pública hábilmente manipulada, aprovechando la desastrosa situación económica.

      Restablecida la calma, se destituye al ministro y es nombrado gobernador del Consejo de Castilla, el conde de Aranda. El Consejo de Castilla es la suprema magistratura del país después del rey: tribunal supremo de justicia. D. Pedro Rodríguez de Campo manes será el primer fiscal.

        Transcurrido los 10 años. En 1767 Las Reales Fábricas de Tejidos (Guadalajara, San Fernando y Brihuega) pasan de nuevo a poder de la Real Hacienda. Por real resolución de 28 de abril de 1767, se vuelven a administrar de cuenta de la Real Hacienda. (20) La administración de la fábrica de San Fernando deja de ser independiente para depender de manara definitiva de la administración de Guadalajara.

       En 1768: la fábrica de san Fernando, instalada en Vicálvaro, surge otro traslado desde Vicálvaro a Brihuega (Guadalajara), donde continúa conservando el nombre de San Fernando. Se llevan 117 telares grandes y 2 pequeños, 22 mesas de tundir, 13 mesas de despinzar, una caldera de cobre, un número grande de perchas, devanadores, tornos, cardas, palmares, burillos, tijeras de tundir y diversos elementos de una prensa. (21).

      En este documento se habla de trasladar la fábrica a la villa de Brihuega y destinar los oficios que se ocupaban en Vicálvaro a cuarteles para guardias españolas y walonas. Para cuyo fin se mandó que se levantase plano al ingeniero D. Mariano Leopart, los que no constan que los haya remitido… (22)

      En 1770 el edificio se convierte en sede de uno de los batallones de la Guardias españolas de la Infantería de la real Casa, bajo el mando del teniente general duque de Osuna, con la tarea específica de hacer la guardia en el Palacio Real. Y en 1882 se da por acabada la existencia de las Reales Fábricas de Guadalajara y por tanto de la Real Fábrica de San Fernando.

      Como podemos comprender, aun no siendo muy lego en economía, los costes productivos eran astronómicos, aunque fuera financiada con dinero público, era casi insostenible. Aunque disfrutará de una subvención mensual de ochenta mil reales de vellón, más el importe de la lana de la pila del Escorial, que antes se compraba anualmente; además, todo lo que se tomase para uso real se había de pagar a los precios establecidos.

      Por ello, el esfuerzo del Gobierno por crear manufacturas no tendría mucha fortuna y chocaría con la mentalidad de los terratenientes y con el analfabetismo generalizado y con una burguesía poco emprendedora.

      La fundación de manufacturas reales fue un paso decisivo en este esfuerzo por industrializar el país, para subsanar la falta de la burguesía que en Francia había secundado la acción del Estado, éste se ocupó tanto de lo referente a la inversión de capital como de su creación y administración. Será esa falta de burguesía quien a su vez haga abortar el proyecto. Así pues, la suerte de la elección de una industria estatal fue, sin embargo poco satisfactoria, según los frutos obtenidos hacia mediados del siglo. El proyecto más ambicioso de los emprendidos, el de la Real Fábrica de Tejidos de Guadalajara; o otras similares como la de San Fernando y Brihuega, que ocuparon un número elevado de operarios, se montaron bajo vigilancia de técnicos extranjeros, dada la falta de tecnología aquí existente; no obstante, su producción fue de baja calidad y, a pesar de las condiciones duras de trabajo, de coste no competitivo, por las medidas proteccionistas que se tomaron. Las esperanzas puestas en la empresa sufrieron también un duro revés con los disturbios laborales allí producidos; es de suponer el impacto que los mismos debieron causar en una sociedad donde el fenómeno de movimientos obreros de masas era algo desconocido. Todo esto hizo que las fábricas llevasen una vida lánguida y cada vez más abocadas al total fracaso, lo que ni siquiera evitó el arriendo que, en época posterior, hicieron de la misma los cinco gremios mayores madrileños, como hemos visto.

      Una vez visto los avatares del proceso de construcción y fabricación vamos a detenernos en como influye este hecho en la demografía de Vicálvaro. Este acontecimiento influirá positivamente en la demografía de Vicálvaro;

      Así, el recuento efectuado en 1712 recoge la cifra de 156 vecinos. Mientras que las respuestas Generales del Catastro del Marqués de la Ensenada dan como población 340 vecinos. El Catastro del Marqués de la Ensenada, ministro de Fernando VI (1746-1759), se realizó en estas tierras y en todas las que formaban la Corona de Castilla entre 1747 –1756. Realizándose una gran averiguación de todas las personas que las habitaban, de las tierras y casas que poseían, de sus rentas y oficios de sus ganados… Cuando el Marqués de Ensenada se hace cargo de la Real Hacienda, la encuentra en estado lamentable. Los gastos son más cuantiosos que los ingresos. Se estudian entonces muchas medidas pues las fuentes de ingresos, las llamadas rentas reales eran muy variadas. El objetivo era administrar directamente las recaudaciones pues hasta entonces el cobro de las rentas se arrendaban a los llamados asentistas (grandes prestamistas de la Hacienda Real).

      Este cobro a través de los asentistas ofrecía dos inconvenientes, primero a la Real hacienda llegaba mucho menos dinero que el que pagaban los vasallos y segundo los vasallos se veían sometidos a todo tipo de atropellos. Así pues, intentó reformar la Hacienda de la Corona de Castilla, unificando los diferentes impuestos y contribuciones en lo que se llamaba la “Única Contribución” proporcional a la riqueza. La obra no salió adelante, planteaba un objetivo ambicioso, una reforma fiscal que atacaba de frente a los grupos privilegiados – iglesia y aristocracia – que detentando gran parte de la riqueza estaban exentos de muchos de los gravámenes que soportaba el resto de la población. No obstante, elevó los ingresos de cinco millones de ducados anuales a veintiséis millones de ducados. Confeccionó estadísticas que reflejaban la riqueza pormenorizada de todos los pueblos y vecinos de Castilla: gracias a esta labor, ha dejado un inmenso legado de información que hoy podemos recurrir a él como fuente de estudio.

      El catastro no muestra los oficios predominantes en Vicálvaro, labradores y jornaleros, que le definen como un pueblo netamente rural. Destacamos también la importancia del comercio de pan (43000 reales de vellón) siguiendo la tradicional dedicación de los vecinos a este oficio. En este siglo hace acto de presencia la actividad industrial a gran escala, como estamos viendo, con la creación de la Real Fábrica de Tejidos de San Fernando, que proporcionó numerosos puestos de trabajo.

      Así pues, entre 1751-1764 Vicálvaro alcanza más del doble de su población anterior, gracias a la intervención de distintos factores:

      La escasa presencia de tropas, de las que apenas tenemos noticias en 1760-1761. Anteriormente se alojaba el ejército entre lo vecinos y el paso de las tropas austracistas y felipistas (Guerra de Sucesión 1701-1714), hizo experimentar una depresión demográfica escalonada y progresiva entre 1701-1718. Los daños que estas tropas hacen en campos y cultivos a su paso o estancia en los alrededores de Madrid dan pie al auto que manda expedir Carlos de Austria en 1706.

“ El rey D. Carlos II (…) teniendo consideración a las pérdidas indeseables que han tenido algunos labradores de esta corte y lugares de sus jurisdicción en las mieses de sus heredades, el tiempo que se ha mantenido en la cercanía de ella el ejército de S.M. usando de su benignidad (…) ha resuelto que todos los labradores que trabajen tierras arrendadas en que hayan experimentado alguna pérdida y menoscabo (…) se les den las moratorias necesarias por el tiempo que pareciere, para que en él no se les moleste por los dueños de las tierras arrendadas” (23).
A continuación se relacionan los lugares “en que se ha de hacer notorio a sus justicias el contenido de este despacho”.

El diecisiete de julio de 1706 firmaba el alcalde de Vicálvaro la recepción del mismo.

       Después vendría la crisis de subsistencia que desde 1708 asoló el país. La población se marcha a otros lugares, las familias, al contraer matrimonio o tener el primer hijo desaparece del pueblo. El escribano relata la situación de los habitantes en el vecindario de 1710, tratando de aludir el impuesto solicitado:

“… Y unos y otros han estado desde el año pasado de mil setecientos cuatro con la carga de los continuos alojamientos de Guardias Españolas de Su Majestad (que Dios Guarde) como el presente lo están, de lo cual se sigue el estar imposibilitados, por hallarse al presente el que dichos vecinos duermen por el suelo, por estar los soldados sirviéndose de la poca ropa con que se hallan, y en vista de tantas cargas muchos vecinos que había en él se han ido a vivir a la villa de Madrid y a otras partes … “ (24)

      Por ello en la primera mitad del siglo XVIII es un larga etapa de estancamiento, se atribuye la falta de un auténtico crecimiento demográfico a la emigración de los años anteriores que privó al pueblo de un importante contingente de personas para la procreación.

      Después de este inciso, recordemos los otros dos factores que hacen activar la demografía en la segunda mitad del siglo XVIII:

  1. El retroceso de la mortalidad adulta al oponerse mayor resistencia a las enfermedades tradicionales de carácter estacional.

  2. La enorme inmigración que acude al pueblo para trabajar en la recién instalada fábrica de tejidos.


      Para comprender el impacto demográfico que supuso la fábrica de tejidos, nos apoyamos en la memoria de licenciatura realizada por Mª Pilar Correas Aguilera sobre la “Evolución demográfica de una núcleo de las cercanías de Madrid en el s. XVIII: Vicálvaro”. Para ello se apoyó en las partidas de bautismos de la Parroquia de Santa María la Antigua, de las que obtiene una evaluación a lo largo de los años que estuvo establecida la fábrica en Vicálvaro y una lista adjunta al Libro de las Comprobaciones de 1761, en la que se relacionan todos los trabajadores existentes en ese momento, con las personas a su cargo, oficio y salario que perciben, así como edad y estado civil. Entre las 244 personas, localizadas a través de los bautismos, que pasaron por la fábrica en 1751-1768. Incluyen los trabajadores casados y sus mujeres que se hallan en la lista de 1761, y excluyen los solteros y viudos. Apenas diez vecinos de Vicálvaro se emplearon en la industria textil, todos los demás obreros proceden de la inmigración.

      La región de Madrid es la que envía un número mayor de mano de obra. De la capital provienen 44 trabajadores, la mitad de ellos de la inclusa y sospechamos que una buena parte de la otra mitad también procede de esta institución, aunque no tenemos constancia.

      De la provincia, hay que destacar los 23 inmigrantes de Valdemoro, población que tuvo instalada una fábrica de tejidos promovida por el conde de Bergeyck en 1712 y en 1730 ya contaba con 34 telares (24). Madrid capital y Valdemoro suman el 74,44% de toda la inmigración regional, distribuyéndose el resto entre distintos pueblos de forma dispersa. En cuanto a Castilla-La Mancha, de los 35 trabajadores que aporta, 10 son de Guadalajara capital, el 28,57%. Algo similar ocurre en Castilla-León, donde 14 obreros proceden de Béjar (Salamanca), el 46,66%, seguida de Segovia, con el 16,66%. Los gallegos forman la tercera comunidad en importancia numérica de Vicálvaro. Da la impresión de ser también la más unida y apegada a sus raíces, ya que son muy frecuentes los matrimonios entre ellos y los padrinos de sus hijos suelen ser de su misma región, lo que tampoco es de extrañar si, como afirma Meijide Pardo, venían por oleadas. Aunque este mismo autor señala la emigración estacional o “golondrina” como la más habitual entre sus paisanos, pensamos que en nuestro pueblo se impuso la estable. (25) Hoy todavía se conserva la denominación de la calle de los Gallegos, en recuerdo de todos estos vecinos.

      Un capítulo muy interesante lo constituye la afluencia de extranjeros, de Francia, Irlanda, Holanda, Inglaterra y Alemania, favorecida por la política económica ilustrada que propiciaba su integración en la industria española, otorgándoles ventajas fiscales como exención de alcabalas, o liberando a sus hijos de servicio militar. Campomanes en sus “Discursos” dice que “traen su habilidad e industria a nuestra patria, aumentan su población y a muchos de éstos se debe artes utilísimas y precisas de que sin ellos careceríamos todavía” (26).

      La importación de operarios extranjeros expertos se pensó como la medida más rápida y práctica para la industrialización del país e instrucción de los españoles en las diferentes técnicas, al tiempo que habría de contribuir a la elevación del nivel demográfico. Campillo ve la necesaria presencia en la dirección de estas fábricas y así dice “y respecto de que no hay en Europa quien imite a los ingleses en las fábricas de éstos géneros (de lana), tendrá encargo particular del rey y su embajador cerca de Su Majestad británica para hacer venir los artífices que sean necesarios y que tengan mayor aceptación según su fama” (27).


Los irlandeses, procedentes de un país pobre en el que se hizo común emigrar. Practicaban una religión y costumbres iguales a las nuestras, lo que facilitaba su asentamiento en nuestro país, 18 se instalan en la fábrica de Vicálvaro, el 54,54% de los extranjeros, muy por encima de los holandeses, con un 15,15%. Llegan con sus familias, algunos directamente de su país y otros de diferentes puntos de España, donde han contraído matrimonio.

En las Memorias políticas de Larruga se menciona a un maestro tejedor, Juan Duli, irlandés que vino a España en 1751 por orden del ministro de estado de Fernando VI, Carvajal, y cuya misión fue enseñar a las niñas de Vicálvaro la destreza en el hilado.

“En este lugar de Vicálvaro en dos días del mes de agosto de mil setecientos y cincuenta y uno, murió de repente Andrés Coile, oficial de la Fábrica Real de Paños y marido de Elenor Lucar, hijo de Santiago Coile y de Margarita Ailan, natural de la villa de Greatconel, obispado de Rivefare, en el reinado de Irlada, de edad de treinta y ocho años. No hizo testamento y dijo el cura de Torreón de la Ribera ser pobre, y el entierro lo pagaron los demás fabricantes. Se enterró en esta iglesia, asistiendo la cruz de esta iglesia y el citado cura, con licencia del cura propio y el sacristán. Se le cantaron en vigilia y misa de cuerpo presente y asistió a su entierro el estandarte de nuestro padre San Francisco son sus hachas y otras cofradías de esta iglesia, y dejo por sus hijos y de la dicha su mujer a Margarita, de edad nueve años, Tomás de edad de siete, ambos naturales de la ciudad de Dublín en el referido reino y a María Elenor de edad de cuatro meses, natural del Real Sitio de San Fernando, de este arzobispado de Toledo y lo firmé.”

Dr.D. Gerardo Plunkero

Libro 8º de Difuntos ,1721-1754


OFICIO Y SALARIO

Sueldo
Nº trabajo anual por día

1 contador 5.514
1 tesorero y guarda 4.411
1 ayudante guarda 2.750
1 veedor general 6.800
1 oficial de libros 2.750
3 mozos 4(x120 días)
1 mozo 3,5(x120)
1 mozo 2 (x120)
1 portero 1.460
1 maestro emborrador 2.190
8 emborradores 540 (x180)
1 maestro tejedor 1.200(x180)
66 tejedores 1.000(x180)
1 carpintero 1.400(x180)
1 maestro tornero 500
2 desborradores 750(x180)
1 esmolador 5.500
1 palmarero 750(x180)
1 maestro tundidor 4.300
28 tundidores-perchadores 2.000(x180)
1 zurcidor 1.300
1 maestro prensa 2.000
1 peón prensador 180(x120)

      Son en total 125, dos de los cuales no viven en la fábrica. Otros oficios como tintoreros o bataneros se establecieron en las instalaciones de San Fernando, aunque dependía de Vicálvaro.

      La mayor parte de los obreros apenas trabajaba la mitad del año y algunos ni eso, lo que supone que su salario, de por sí bajo, resulte a todas luces insuficiente. La fábrica contaba con servicios propios de médico, cirujano y escribano, pero lo religioso era administrado por el clero del pueblo.

       Así pues, asentamiento permanente de inmigrantes en Vicálvaro constituye la verdadera razón del crecimiento de su población. Se ha considerado inmigrantes estables a aquellos de los que se tiene constancia de su vecindad al menos durante cinco años.

      Pero no sólo se preocupaban de su dedicación física al trabajo, también había una preocupación constante de su ideología espiritual. Los oficios religiosos formaban parte de las tareas de la fábrica, por ejemplo en san Fernando se conservan cartas de pagos de limosnas por la asistencia de un religioso del convento de franciscanos descalzos de la Villa de Barajas, para decir misas en el oratorio de dicha fábrica todos los días de fiesta. (28). En Vicálvaro la asistencia religiosa como hemos visto era administrada por el cura del pueblo. Ante la inmigración de extranjeros, los irlandeses se adecuan mejor por conservar la misma ideología cristiana pero los holandeses al ser protestantes lo tenían más difícil y eran tachados de herejes y eran instruidos por el cura del pueblo muy preocupado por su conversión Transcribo literalmente un trozo de una carta de Ventura de Argumosa:

“Los protestantes prosiguen en su instrucción con el cura y religioso que los llevan muy bien y con la seriedad que pide el caso, no dudo se aseguren estas siete ovejas al rebaño de la iglesia” (29)

      También descubrimos disputas entre ellos y el papel que adquiere la religión es importantísimo, tanto que es antepuesta a la fabricación, el valor de la fe antes que el valor del dinero, como podemos ver en la siguiente carta:

“ Los irlandeses de Vicálvaro no van mal, como jure yo me contento: lo de aquí no me he ajustado aun con ellos, no quieren trabajar a otro precio que el que tienen los de Vicálvaro, ni lo harán, de darles este descompusimos todo el orden de este bien templado órgano, porque los holandeses, ni aun los españoles, no habrá que los contenga en el trabajo, a menos precios que a ellos porque pretenden, con varón, ser tan buenos ofíciales como ellos: enviarlos a Vicálvaro, no caben ni es el medio, porque dicen los holandeses que estos no tienen contrata y que han venido después de ellos. Si los queremos sujetar al precio de fábrica se fueran y esto nos importaría poco en el día porque aunque son bueno y diestros operarios, no nos hacen falta y sus modales y costumbres no son buenas pero ahí el inconveniente siguiente entre ellos hay seis herejes, cuya conversión tiene el cura D. Gerardo en muy buen estado y se van se perdieron en lo natural, y me parece que importa menor sacrificar el dinero que no se pierdan, digo sacrificando porque ellos no son capaces de ganar lo que piden, ni merecerlo y como ambos son puntos escrupulosos para mi, lo pongo en la consideración de V.I,. Tal cual es, para que disponga como pueda lo mejor y me parecía que pasa evitar el menor inconveniente podía sonar para todo el mismo precio de fabrica y por vía de ayuda de corta, darles secretamente lo restante. Entre ellos han tenido dos amancebados el uno viudo y ella soltera que discurro que el cura los hará casar pues parecen estar dispuesto.” (30)

      Con lo cual entendemos, que reducen el precio a los irlandeses de Vicálvaro, para evitar problemas, ofreciéndoles una sobre nómina por debajo de cuerda.

      Pero también existen quejas de un religioso, que como un trabajador es tendido en la fábrica, y se solicita que sea despedido. Así, los irlandeses expresan sus sufrimientos más importantes no los corporales sino los espirituales. Se quejan del padre Alipio Momay, destinado por el secretario del rey, D. José de Carvajal para la dirección espiritual de sus conciencias. En esta carta podemos leer:

“…pues en lugar de cumplir con su encargo y con el ministerio apostólico que esta anexo a su carácter sacerdotal, no hace más, las veces que se deja ver en la fábrica, que maltratar y sembrar discordias entre los suplicantes amenazándoles con cárceles y varios castigos, que no quieren confesarse con el, no concederle sobre sueldo por vía a gratificación mensual perpetúa y lo que es más sensible y de mayor escándalo por ser público y notorio, de verse algunos de ellos acusados por otro religioso al tribunal del Santo oficio como podrán los maestros informar con individualidad a V.I. sobre este y otros puntos. Y por si dicho padre Alipio, más dañoso a la fábrica y sus individuos que provechoso, por haber sido desde el principio de su establecimiento el autor de todas las revoluciones y disturbios que entre ellos acaecieron. Por tanto y para evitar situaciones inquietantes y por desgracia que puedan temer.
Suplicamos encarecidamente remodele, mandándole de nunca más poner sus pies en las fábricas en la que se hizo aborrecer extremadamente, pues protestan los suplicantes que jamás se valdrán de dicho Sr. Alipio enlace alguno, aunque hubiesen de morir sin sacramentos: cuyo caso tan lamentable esperan remediar mediante la Redad de V.I. Firma de los irlandeses” (31).


      En un Lateral de la carta, Thomas. Beaven ratifica lo escrito por los irlandeses:

“…me consta ser verdad lo que se expresa en este memorial y convenir muchísimo que este religioso sea despedido de la fábrica, este es mi sentir y enero 9 de 1752. Thomás Beaven (31).

      También descubrimos a la fábrica mediando en un altercado y solicitando que se debe de hacer con los presos. Puesto que también los tiempos de ocio, traían problemas, riñas y quimeras…, los irlandeses se ven envueltos en un altercado con un soldado inválido del destacamento de Madrid y acabaron presos en la casa fábrica en su cuarto de Guardia, cárcel de San Fernando. Todo ocurre en Vicálvaro, en una taberna mientras tomaban vino, Thomas Flanagar, Juan Dongan y Juan Maloy, un soldado había querido que por la fuerza le diesen de beber el vino que los tres estaban bebiendo y le dijeron que se fuera afuera, y así lo hizo, pero les estuvo esperándoles en la esquina de la casa del Ayuntamiento y luego que los vio a los citados irlandeses se fue hacia ellos y con la bayoneta que llevaba le dio a uno de ellos un bayonetazo que le hirió y entonces se echaron sobre él y le dieron con un cuto las heridas con que se halla y que no puede decir cual de ellos es. (32)

      La vida en la fábrica transcurre con problemas que nos pueden resultar no muy lejanos en el tiempo, nos separan más de doscientos años pero sus trabajadores experimentan el descontento y las estrecheces de llegar a final de mes, por ello también solicitan un aumento de salario. Tres contramaestres de las Reales Fábricas de San Fernando unen sus firmas para solicitar una subida de sueldo, que los archivos guardan celosamente, así D. Thomas Beaven, D. Santiago Petel Y Cristóbal Marchenna alegando “ … los pocos medios que alcanzan, para mantener su obligaciones, motivado de los víveres y de más géneros necesarios que cada día van poniéndose más caros, que solo alcanza el corto salario para pasar estrechamente (…) suplican humildemente a V.I, se digne mandar aumentarles sus salarios, desde principio de este año, merced que espera recibir de la gran piedad de V.I a cuyos pies quedan rogando a dios el altísimo, dilate la vida de V.I: por muchos y felices años.”

      En el lateral de la carta Ventura de Argumosa imprime su opinión antes de remitirla a D. José de Carvajal. “Excelentísimo Señor. La conducta y desempeño de estos maestros es (ilegible) a cualquier recompensa, pero sus sueldos no son tan escasos, y la situación de la fábrica no lo admite mayores”. (33). Desconocemos si consiguieron esa subida de sueldo o por el contrario lo que proponía Ventura de Argumosa “remunerar con alguna ayuda de corta por ahora”: (33).

      Otro problema que también tubo que atajar la fábrica fue un desfalco, un escribiente oficial interino de la Contaduría, llamado D. Fernando Atesía y Parra falsificó pagos urgentes de entre semana quedándose con el dinero. Así Ventura de Argumosa escribe al Sr., Conde de Valdeparaiso (ministro de hacienda que sucedió a José de Carvajal y Lancaster) para informarle de lo sucedido:

“Habiéndose notado mayor desfalco, que el correspondía al pago regular de la fábrica, en la tesorería de ella, se practicaron las mas vivas diligencias para la averiguación del origen del extravío, el que inmediatamente se encontró en un escribiente oficial interior de la Contaduría, llamado D. Fernando Atesía Y Parra; el cual abusando de la confianza precisa de su empleo, se valió del malicioso ardid de extraer de los legajos de papeletas o pólizas con que se hacen los pagos vigentes de entre semana, las antiguas de los años antecedentes, y enmendando mañosamente la fechas y años, haciéndolas del día en que las necesitaba, las hizo pagar al tesorero que viendo en ellas las firmas y letra de la contaduría, arreglado al orden establecido, no se le ofreció duda en el pago, hasta que por él y la Contaduría se advirtió, como era preciso el desfalco; con lo cual se pusieron alerta hasta que le cogieron en el fraude que no pudo negar y confesó plenamente declarando el modo, y paradero del dinero que había depositado en vista de lo cual se puso en su encierro y se dieron las correspondientes providencias para recoger el citado caudal, como en efecto se recogió y puso en poder del tesorero de la fábrica, a excepción de doce mil reales de vellón, que en el examen de papeles y cuentas que ha hecho la contaduría con el tesorero salen de mas alcance contra el citado reo, que lo que el ha confesado; por cuya cantidad se le han embargado sus bienes; y no siendo al parecer suficientes han salido sus parientes a la satisfacción por un vale que han hecho pagar esa cantidad en el termino de dos meses, vendiendo para ello lo citados bienes y si no alcanzasen poner el resto con el cual queda en el todo cubierta la Real Hacienda.

Todo lo cual habo presente a V.I para que enterado del delito de este dependiente que se halla en su encierro enfermo, me ordene lo que sea de su agrado en punto a si se los ha de seguir causa o la providencia que a V.I parezca más conveniente para el digo castigo de su delito”.
Nuestro Señor guarde a V.I muchos años como deseo.
Real Fábrica de San Fernando 14 de Febrero de 1756. Ventura de Argumosa (34)

      Desconocemos que castigo sufrió por su delito.


      Espero que al desempolvar estas cartas que el Archivo de Simancas guarda a buen recaudo, nos haya ayudado a entender un poco más a este viejo pueblo castellano.

      Dejamos la fábrica de Tejidos con sus idas y venidas en 1768, para albergar dos años mas tarde en lo que fue la parte de manufacturas a alojamiento de la tropa. La planta superior o principal se dedicó a pabellones, haciendo las habitaciones mediante separaciones de tabiquería. El acondicionamiento del cuartel sirvió para el alojamiento de un batallón del regimiento de Guardias Españolas de Infantería de la Real Casa al mando del Teniente General Duque de Osuna.

      Haremos un rápido recorrido por los acontecimientos más relevantes en la historia de nuestro edificio ya convertido en cuartel.

      Resaltar la GUERRA DE LA INDEPENDENCIA en 1808, el cuartel fue objeto de un ataque francés, para lo que se construyó en torno al cuartel foso. Sufriendo el edificio gran deterioro, quedando inutilizable éste.

      En este período merece mención especial el capitán Daoiz, que fue oficial del tercer Regimiento Real De Artillería. Se tiene noticias de que este gran soldado, tan distinguido en la cruenta guerra de la Independencia, pasó por nuestro cuartel, que, en su memoria, posee en sus jardines un bajorrelieve, cuyo escultor fue Antonio Colmeiro, consistente en un bronce de 170 a 190, enmarcado en piedra, que representa el capitán Daoiz rodeado de paisanos, popularmente denominados “chisperos”, que luchan tenazmente, cuerpo a cuerpo, contra los franceses.

      Un informe de la Comandancia de Ingenieros de Madrid, fechado el 31 de Marzo de 1822 y firmado por Cayetano Zappino, dice que en la parte dedicada a pabellones quedó arruinada en tiempo de la invasión francesa y en cuatro al resto, había zonas que por haberse podrido pies derecho de madera hubo de apear y será necesaria una reparación importante.
Carece de puertas y ventanas, aunque conserva las rejas de las ventanas; las cocinas y servicios comunes estaban en muy mal estado; la tubería de la noria al cuartel estaba cortada por los fosos que se hicieron en tiempos de la invasión enemiga; el pozo posterior para aguas inmundas estaba en muy mal estado; los tabiques de la planta superior estaban arruinados en su mayor parte.

      La reparación que se estima necesaria sería de enlosado de naves, empedrado del patio, poner puertas y ventanas, arreglar cocinas, calabozos, servicios comunes, cuerpo de guardia, oficinas, revocar fachadas, encalar, retejar, etc. Esto importaría 164.402 reales de vellón, y quedaría el cuartel apto para Infantería con capacidad para 642 hombres.
Esta obra no se llegó a ejecutar, ya que en el año siguiente se decide una reparación mayor con vistas a la reorganización de la Guardia Real. (35)

      La reforma de reconstrucción del Cuartel se inicial en 1823, estando desabitado desde 1808-1825. En 1825 se termina la reforma y se destina para albergar por turno uno de los Regimientos de Caballería de la Guardia Real. Sebastián Miñano nos los describe en 1828;

“Es de buena planta, pero no muy capaz para un Regimiento completo; sus cuadras son espaciosas y demasiado ventiladas; el patio, proporcionado, pero con solo el defecto de no tener un buen pilón para que beban los caballos” (35)

      EN 1843-1843 se repara el cuartel y se instalaron cobertizos para el material, formando un segundo patio, con edificación de una planta. Los que nos confunde pues pensábamos que la construcción de la fábrica de tapices tenía ya dos patios. En los planos catastrales de pocos años después ya se ven los dos patios del cuartel.

      Será en 1844 reinando Isabel II, cuando se dicta el decreto de 5 de febrero de 1844. que crea el cuerpo de LA GUARDIA CIVIL, disponiendo en su artículo segundo, que se “establecieran dos puntos inmediatos a esta corte, para que sirvan de centro a la organización de este cuerpo, destinándose el uno para Arma de Caballería y el otro para Infantería”.

      El 15 de Abril se comunica al duque de Ahumada que “S.M. se ha signado comisionara V.E. como rector de la organización de la Guardia Civil y señalar para proceder a ella en los puntos de Vicálvaro y Legánes”.

      Ahumada dispuso que el cuartel de Vicálvaro se dedicase a depósito de la Caballería y hasta 1848 se mantuvo la formación de Guardias Civiles, cuyo primer coronel fue León Palacios, contando las fuerzas de Vicálvaro a los tres meses de su creación con 370 hombres y 320 caballos. Esta actividad no permitió que ocupara el lugar ninguna unidad de Caballería del Ejército.

        En junio de 1854 tuvo lugar el pronunciamiento militar conocido como la VICALVARADA, Movimiento acaudillado por O`Donnell, general moderado que no aprobaba el gabinete del ministro San Luís. El 30 de Junio los sublevados llegaron a Vicálvaro. Será en el cuartel donde el General O`Donnell se reúna con otros mandos para estudiar la acción contra las fuerzas del gobierno…

      Tras este echo diversos regimientos van turnándose ocupando el cuartel, en 1912-1913 se efectúa un ambicioso proyecto de ampliación y reforma del cuartel que ascendió a 897.980 pesetas. En 1919 se efectúan importantes obras de reconstrucción por un importe de 118.870 pesetas, entre ellas el arreglo de cuadras y retretes y se rehace la instalación de alumbrado eléctrico.

       En 1921 se declara un voraz incendio, que destruye parte del Cuartel. Su reparación costó 249.730 pesetas. El expediente se llevó a cabo con gran rapidez.

      En 1927 se instala un depósito para el servicio de agua del Cuartel, se efectúan obras de saneamiento y se construye alojamiento para telegrafistas.

      Con fecha 22 de Enero de 1931 la Comandancia de Ingenieros eleva un informe urgente, con fecha 22 de Enero de 1931, en el que se dice que si el Cuartel ha de servir de alojamiento de una Regimiento de Artillería Ligera, es preciso dotarle de una cocina, pues la actual está deshecha por completo. Dice que el cuartel tiene capacidad para alojar a hombres, ganado y material, pero que hay que dotarlo de dependencias de las que carece en ese momento.

      Sugiere la conveniencia de suprimir el pabellón del Coronel para aprovecharlo como dependencias. Considera necesario pavimentar las cuadras, algunas de las cuales han sido dedicadas por Caballería a picadero, y que deben cambiarse los pesebres, en las que son de piedra. Estima que el mayor problema es el agua y que sería necesario instalar un nuevo grupo motor-bomba.
Indica que hay una serie de locales que han permanecido cerrados durante los años de ocupación por Caballería y que todos ellos precisan reparación, debiendo atenderse en seguida a un parte del techo y cielos rasos, que están hundidos.

      Resulta imprescindible asegurar el funcionamiento de retretes y cuartos de aseo, que entonces estaban inútiles, y reparar lo pavimentación del patio, preparando el último de ellos para que puedan formar con las piezas.
Se precisa el repaso de cubiertas y bajantes de agua y también hay que preverlo en la cocina y en el comedor de Sargentos. También hay que instalar cierres metálicos a los cobertizos del material, para evitar que éste sufra las inclemencias del tiempo.

      Para todo ello formula dos presupuestos:

  • El primero de obras imprescindibles, sin las cuales es de todo punto imposible el alojamiento, con un importe de 54.700 pesetas.

  • El segundo, de obras necesarias y urgentes para alojar el regimiento, además de las anteriores, pero pueden hacerse al mismo tiempo que se ocupa el cuartel, cuyo importe es eleva a 145.300 pesetas.

      Las obras debieron hacerse, puesto que en ese mismo año se traslada el Regimiento a Vicálvaro (36).

      De 1936 a 1939, durante la GUERRA CIVIL, el cuartel se dedica a centro de descano y movilización, lo que podríamos llamar un cuartel de tránsito y depósito de personal.

      Será en 1939 ocupa el Cuartel que hemos conocido hasta el desmantelamiento del cuartel, el Regimiento de Artillería número 11, que en 1965 cambia su denominación por la de Regimiento de Artillería de Campaña número 11. En 1966 se construyeron la capilla, el teatro-cine y las escuelas, cerrándose el tercer patio.

      De 1970ª 1982 se construyen los tinglados para material, los polvorines nuevos, los edificios de talleres, gasolinera, galerías de tiro… y se ejecutan obras de mejoras y acondicionamiento, como el mesón del Artillero, bar de Oficiales, sala y club de Suboficiales y recientemente, la cocina, dormitorio de una batería, nuevo vestuario, etc…

      La Orden núm., 119, del viernes 28 de abril de 1972 y como Orden del Acuartelamiento, insertaba el siguiente artículo:
1. º Nombre del Acuartelamiento.
Por la Instrucción General de la DAC. Número 472-C.G de p de marzo de 1972 y previas las formalidades reglamentarias, se da el nombre de “Cuartel Capitán Guiloche” a este acuartelamiento.

      El capitán, Enrique Guiloche Bonet, que había servido en el cuartel en 1901 y 1906 y que encontró la muerte el 18 de Julio de 1909 en Sidi Ahmed el Hach, defendiendo las minas del Riff en Melilla.


Nuestro “Espacio en el Tiempo”, en la década de 1.980, cuando albergaba el cuartel de artillería.


El mismo edificio en la década de 1.990 cuando pasó a albergar el Centro de Estudios Universitarios “Ramón Carande”.

NOTAS:

(1) Madrid y los borbones en el s.XVIII. La construcción de una ciudad y su territorio. Comunidad de Madrid. Consejería de cultura, deportes y Turismo. Dirección General de Cultura. Artículo: “Arquitectura industrial del s.XVIII en Madrid” Aurora Rabanal Yus.
(2) A.P. Cª 10112/24
(3) T.M.C. LEG.3892. Archivo Asociación Vicus Albus Caja 69-3.
(4) T.M.C. LEG.3886
(5) A.G.S de Hº.Leg.764. 16 de noviembre y leg.765
(6) López, Tomas: Diccionario Geográfico (c-1787). Biblioteca Nacional. Sección Manuscritos.
(7) B.N.N. Mss. 7300 (papeles de don Thomas López para su Diccionario geográfico) (Ambroz y Vicálvaro) 1788.
(8) A.H.N. Clero Leg.4234. Archivo vicus Albus. Caja 116.3
(9) S.S.H Leg.765.1. Archivo Vicus Albus. Caja 69-3
(10) T.M.C. Leg.3893. Archivo Vicus Albus. Caja 69-3
(11) Memorias Políticas y Económicas sobre los frutos, comercios, fábricas y minas de España. Tomo 2.
(12) Archivo Vicus Albus. Caja 52.20
(13) T.M.C. Leg.3892. Archivo Vicus Albus caja 69-3.
(14) T.M.C. Leg.3892. Archivo Vicus Albus caja 69-3.
(15) T.M.C. Leg.3893. Archivo Vicus Albus caja 69-3.
(16) S.S.H. Leg.765-1. Archivo Vicus Albus caja 69-3-
(17) S.S.H. Leg.765.2. Archivo Vicus Albus caja 69-3-
(18) A.G.S. Sª de Hª Leg.766, 23 de Abril de 1756.
(19) A,H.M. Hacienda, órdenes general. Libro 8018. folio 27
(20) A.G.S, sª de Hª Leg.767
(21) A.G.S T.M.C LEG-3897
(22) S.S.H Leg.768-1 Archivo Vicus Albus caja 69-.
(23) AV.SECRETARIA . Leg.3-434-2
(24) Hemry Kamen “La Guerra de sucesión en España 1700-1715” Barcelona,1974 pag.154
(25) Antonio Meijide Pardo “La emigración gallega intrapenindular en el s.XVIII” Madrid, 1960 p.7
(26) Jean Serrailh “La España ilustrada de la segunda mitad del s.XVIII” Mexico 1974 pp.331
(27) Campillo y Cosiuo, José de: España despierta (incluida en edición de: Lo que hay de más y de menos en España para que sea lo que debe ser y no lo que es) Madrid, 1969.
(28) T.M.C. Leg.3892. Archivo Vicus Albus caja 69.3.
(29) S.S.H LEG.765.1 Archivo Vicus Albus caja 69.3.
(30) S.S.H LEG.765.1 Archivo Vicus Albus caja 69.3.
(31) S.S.H LEG.765.1 Archivo Vicus Albus caja 69.3
(32) S.S.H LEG.765.1 Archivo Vicus Albus caja 69.3
(33) S.S.H LEG.765.1 Archivo Vicus Albus caja 69.3
(34) S.S.H. Leg.766-1 Archivo Vicus Albus caja 69.3
(35) El Regimiento de Artillería de Campaña Núm.11. D. Ángel de Losada y de Aymerich. Talleres del servicio Geográfico del Ejercicio. Madrid. 1983. pár.104.
(36) El Regimiento de Artillería de Campaña Núm.11. D. Ángel de Losada y de Aymerich. Talleres del servicio Geográfico del Ejercicio. Madrid. 1983. pág.131-132.

BIBLIOGRAFIA CONSULTADA:

NOTICIAS SOBRE EL REAL SITIO DE SAN FERNANDO Y SUS REALES FÁBRICAS. AURORA RABANAL YUS

EL SUEÑO DE UN REY. INTERARQ, ANA ROSA DOMÍNGUEZ SANTAMARÍA Y MERDECES CARRASCO REDONDO. CAJA MADRID

HISTORIA DE VICALVARO. LUIS BARTOLOMÉ MARCOS, VALENTIN GONZALEZ GALVEZ, LOURDES SÁNCHEZ DOMÍNGUEZ. AYUNTAMIENTO DE MADRID,

LOS PUEBLOS DE LA ACTUAL PROVINCIA DE MADRID A FINALES DEL SIGLO XVIII, SEGÚN EL CONJUNTO DOCUMENTAL DE TOMAS LOPEZ/ CARDENAL LORENZANA. Por Manuel M. Martín Galán y Juan a. Sánchez Belén.

Memoria de Licenciatura. “EVOLUCION DEMOGRÁFICA DE UN NUCLEO DE LAS CERCANIAS DE MADRID EN EL S. XVIII: Vicálvaro”
Realizado por Mª Pilar Correas Aguilera. Director: Dr. D. Manuel Martín Galán. Universidad Complutense. Madrid,1986

Madrid y los borbones en el siglo XVIII. La construcción de una ciudad y su territorio. Comunidad de Madrid. Consejería de cultura, deportes y Turismo. Dirección General de Cultura

El Regimiento de Artillería de Campaña Núm.11. D. Ángel de Losada y de Aymerich. Talleres del servicio Geográfico del Ejercicio. Madrid. 1983

AGS 1761 CATASTRO DE LA ENSENADA. Comprobaciones Leg 1477-1. Microfilms rollo 24 y 25 depositados en el Instituto de estadística de la CAM. Consejería de Economía.

Texto procedente de la Conferencia Impartida por Doña Lourdes Sánchez Domínguez en el Centro cultural el Madroño de Vicálvaro (Madrid), el día 17 de octubre de 2007, dentro de la serie de actos conmemorativos del XXV aniversario de la Asociación Vicus Albus.

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